Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Viernes, 1 de agosto de 2025.


Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana XVII.
   Color del día: Blanco.  


Antífona de entrada

Buscaré a mis ovejas, dice el Señor, y les daré un pastor que las apaciente, y yo, el Señor, seré su Dios.

Oración colecta

Dios nuestro, que promueves siempre en tu Iglesia nuevos ejemplos de santidad, concédenos seguir de tal modo las huellas del admirable celo por las almas del obispo san Alfonso María de Ligorio, que también nosotros alcancemos con él la recompensa del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
En las festividades del Señor
convocaréis asamblea litúrgica

Lectura del libro del Levítico
23, 1. 4-11. 15-16. 27. 34b-37

El Señor habló a Moisés: «Estas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis en las fechas señaladas.

El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor.

El día quince del mismo mes, es la fiesta de los Panes Ácimos dedicada al Señor. Comeréis panes ácimos durante siete días. El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. El séptimo os volveréis a reunir en asamblea litúrgica, y no haréis ningún trabajo servil»

El Señor habló a Moisés: «Di a los hijos de Israel: «Cuando entréis en la tierra que yo os voy a dar, y seguéis la mies, levaréis al sacerdote una gavilla como primicia de vuestra cosecha.

Este la balanceará ritualmente en presencia del Señor, para que os sea aceptada; la balanceará el sacerdote el día siguiente al sábado.

A partir del día siguiente al sábado en que llevéis la gavilla para el balanceo ritual, contaréis siete semanas completas: contaréis cincuenta días hasta el día siguiente al séptimo sábado y ofreceréis una oblación nueva al Señor.

El día diez del séptimo mes es el Día de la Expiación. Os reuniréis en asamblea litúrgica, ayunaréis y ofreceréis al Señor una oblación.

El día quince de ese séptimo mes comienza la fiesta de las Tiendas dedicada al Señor; y dura siete días. El día primero os reuniréis en asamblea litúrgica. No haréis trabajo servil alguno. Los siete días ofreceréis al Señor oblaciones. Al octavo, volveréis a reuniros en asamblea litúrgica y ofreceréis al Señor oblaciones. Es día de reunión religiosa solemne. No haréis trabajo servil alguno.

Estas son las festividades del Señor en las que os reuniréis en asamblea litúrgica, y ofreceréis al Señor oblaciones, holocaustos y ofrendas, sacrificios de comunión y libaciones, según corresponda a cada día».

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Dios, que nos ha creado, sabe de la necesidad del hombre de relacionarse con Dios y con sus hermanos. Este pasaje nos ilustra cómo, ya desde el AT, el pueblo de Israel se reunía en Asamblea Litúrgica para darle culto a Dios como comunidad. Dentro de todo lo que podríamos hoy revisar sobre este pasaje y este tema, centremos nuestra atención sobre los elementos esenciales de esta participación litúrgica.

El primer elemento es que se trata de una FIESTA, es un día de alegría en la que se reúne el pueblo de Dios en su presencia; el motivo de esta fiesta es DARLE GLORIA, reconociendo con ello que es Dios, y al mismo tiempo que nosotros le amamos; es por ello UN DÍA DEDICADO AL SEÑOR, en el que no se dedica tiempo a actividades serviles (trabajar).

Es un día para orar y para convivir como comunidad (diríamos como familia); finalmente, es el día de presentar nuestro trabajo, nuestro esfuerzo de la semana al Señor, simbolizado en la ofrenda que damos al estar reunidos en comunidad.

Esto es precisamente nuestro Domingo, este es el sentido profundo de nuestra celebración Eucarística en la cual damos gloria al Señor, pero es también el día de la Familia, es el día del amor, es para nosotros los cristianos la fiesta de la resurrección de Cristo y por ende la fiesta de nuestra salvación. Dale sentido a tu domingo. Haz de él verdaderamente, el día del Señor.

Salmo responsorial
Sal 80, 3-4. 5-6ab. 10-11ab

R. Aclamad a Dios, nuestra fuerza.
  • Acompañad, tocad los panderos, las cítaras templadas y las arpas; tocad la trompeta por la luna nueva, por la luna llena, que es nuestra fiesta. R.
  • Porque es una ley de Israel, un precepto del Dios de Jacob, una norma establecida para José al salir de Egipto. R.
  • No tendrás un dios extraño, no adorarás un dios extranjero; yo soy el Señor, Dios tuyo, que te saqué del país de Egipto. R.

Aclamación antes del Evangelio
1 Pe 1, 25

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

La palabra del Señor permanece para siempre; pues esa es la palabra del Evangelio que se os anunció. R.

EVANGELIO
¿No es el hijo del carpintero?
Entonces, ¿de dónde saca todo eso?

Lectura del santo Evangelio
según san Mateo 13, 54-58

En aquel tiempo, Jesús fue a su ciudad y se puso a enseñar en su sinagoga.

La gente decía admirada: «De dónde saca este esa sabiduría y esos milagros? ¿No es el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos Santiago, José Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo eso?».

Y se escandalizaban a causa de él.

Jesús les dijo: «Solo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta».

Y no hizo allí muchos milagros, por su falta de fe.

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Ciertamente el lugar más difícil para que nuestro testimonio y nuestro anuncio evangélico sea aceptado es nuestro propio medio, y más aún, nuestra propia casa.

Ni para el mismo Jesús fue diferente. Generalmente, la gente que vive con nosotros no es fácil de convencer. Sin embargo, es ahí donde podemos verdaderamente ser luz, ser modelo. No se trata de imponer, sino de convencer; no se trata de acusar, sino de amar.

Muchas veces, vale más nuestro testimonio de amor silencioso, que muchas exhortaciones y amonestaciones, que lo único que consiguen, es dividir y generar discordia, sobre todo, en la familia, lugar que debe ser de paz y armonía.

Si experimentamos problemas y no vemos cambios en nuestra propia familia o comunidad, recordemos las palabras de San Pablo: "Cree tú, y creerá tu familia".

Antífona de comunión

No son ustedes los que me han elegido, dice el Señor, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Dios nuestro, que quisiste que san Alfonso María fuera un fiel administrador y predicador de este gran misterio, concede a tus fieles participar con frecuencia en él y que, al recibirlo, te alaben sin cesar. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Señor, que el participar cada semana de la Pascua Dominical, me ayude a sentir que soy parte de este cuerpo, la Iglesia, cuya cabeza es Cristo. Y que el trabajo de toda la semana, esté orientado a ti, para presentarte en cada Eucaristía, los frutos de mi huerto.

Acción

Buscaré cada Domingo asistir con toda mi familia a la gran fiesta de nuestra salvación.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).