Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana II.
Color del día: Morado.
Memoria libre: San Ambrosio, obispo y doctor de la Iglesia.
Antífona de entrada
Cf. Is 30, 19. 30)
Pueblo de Sión, mira que el Señor va a venir para salvar a todas las naciones y dejará oír la majestad de su voz para alegría de tu corazón.
Oración colecta
Dios omnipotente y misericordioso, haz que ninguna ocupación terrena sirva de obstáculo a quienes van presurosos al encuentro de tu Hijo, antes bien, que el aprendizaje de la sabiduría celestial, nos lleve a gozar de su presencia. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Juzgará a los pobres con justicia
Lectura del libro de Isaías 11, 1-10
En aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé, y de su raíz florecerá un vástago. Sobre él se posará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría, y entendimiento, espíritu de consejo y fortaleza, espíritu de ciencia y temor del Señor.
Lo inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias ni sentenciará de oídas; juzgará a los pobres con justicia, sentenciará con rectitud a los sencillos de la tierra; pero golpeará al violento con la vara de su boca, y con el soplo de sus labios hará morir al malvado.
La justicia será ceñidor de su cintura, y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero, el leopardo se tumbará con el cabrito, el ternero y el león pacerán juntos: un muchacho será su pastor
La vaca pastará con el oso, sus crías se tumbarán juntas; el león como el buey comerá paja.
El niño de pecho retoza junto al escondrijo de la serpiente, y el recién detestado extiende la mano hacia la madriguera del áspid.
Nadie causará daño ni estrago por todo mi monte santo: porque está lleno el país del conocimiento del Señor, como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé será elevada como enseña de los pueblos: se volverán hacia ella las naciones y será gloriosa su morada.
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
1. Otro maravilloso oráculo de salvación de Isaías abre las lecturas de este Segundo Domingo de Adviento. Es uno de esos tres oráculos mesiánicos (cf Is 7,1-17; 9,1-6) que caracterizan el libro del profeta de Judá y Jerusalén. Oráculos de muchos quilates que son tan propicios para levantar el alma de un pueblo en nombre de Dios y no de promesas falsas de los hombre prepotentes del este mundo.
Nuestro texto es un poema que tiene dos partes, probablemente de origen distinto. Pero estas son cosas literarias que no van en perjuicio de la hermosura del poema y de su lectura unificada e incluso de que sea un poema posterior al exilio, cuando la monarquía está talada, desaparecida. El contexto anterior del mismo nos habla de un bosque destruido en el que han caído los árboles, el bosque de Judá; subsiste todavía un tocón, el de Jesé, el padre de David.
De ahí, Dios hará retoñar la vida nueva para el pueblo, para Jerusalén. Hace falta verdadera iluminación profética para saber ver y prever lo que los hombres normales no sabemos contemplar o esperar. Los profetas sí, por ello los necesitamos siempre, y eso que para nuestra instalación en la cosas de siempre no pueden resultar complacientes.
2. Pero esa vida nueva, precisamente por ser nueva, estará fundamentada en los valores que los reyes de Israel y de Judá no habían sabido trasmitir hasta ahora. La situación que se detalla es, en cierta manera, paradisíaca y bucólica, porque se recurre a la naturaleza y a los animales. Y todo, porque se describe un país que está lejos de una cosa muy importante: "el conocimiento de Dios".
Efectivamente, el "daat Elohim" es un término decisivo en la teología profética. No olvidemos que conocer, aquí, no tiene el sentido de "gnosis" o conocimiento intelectual, sino el sentido bíblico de yd' y el daat Elohim de los profetas (Os 4,1.6; 5,4; 8,2 ; Jr 2,8; 4,22; 9,2.5 en oráculos de amenaza o bien de salvación: Os 2,22; Jr 31,34 o Is 28,8) experiencia de Dios, de lo santo; o la misma experiencia del amor entre hombre y mujer). Por eso "conocer a Dios" es reconocerlo, reconocerlo, intimar con él de verdad, buscarlo y anhelarlo.
3. Porque lo que el profeta quiere refrendar es que no hay justicia, ni paz, ni felicidad para los pobres y parias, porque al mundo le falta la "experiencia de Dios". Desde luego la experiencia de ese Dios del que Isaías fue portavoz radical.
Incluso se va más allá de la imagen mítica del paraíso, aunque es eso lo que se quiere recuperar también de una forma real y espiritual en el oráculo; allí faltó a la humanidad el conocimiento de Dios, la sabiduría para saber depender de Dios sin necesidad de entenderlo como esclavitud y esa es la situación que desde entonces arrastra la humanidad: Dios es el futuro del hombre, de los reyes, de los pueblos, de la pareja, de la familia, del hombre y de la mujer.
Con el conocimiento de Dios (un conocimiento de amor), se nos quiere decir, buscamos sabiduría, fortaleza, valor; y trae la justicia para los más pobres. Se habla, pues, de un rey, que no necesita poder para destruir y valor para restaurar la armonía y la paz. Esa paz mesiánica que se convierte en santo y seña de los profetas y de este tiempo de Adviento.
Salmo responsorial
Sal 71, 1bc-2. 7-8. 12-13. 17
R. Que en sus días florezca la justicia
y la paz abunde eternamente.
- Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.
- En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R.
- Él librará al pobre que clamaba, al afligido que no tenía protector; él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.
- Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol: él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
SEGUNDA LECTURA
Cristo salva a todos los hombres
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los Romanos 15, 4-9
Hermanos:
Todo lo que se escribió en el pasado, se escribió para enseñanza nuestra, a fin de que a través de nuestra paciencia y del consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener entre vosotros los mismos sentimientos, según Cristo Jesús; de este modo, unánimes, a una voz, glorificaréis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.
Por eso acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios. Es decir, Cristo os acogió para gloria de Dios. Es decir, Cristo se hizo servidor de la circuncisión en atención a fidelidad de Dios, para llevar a cumplimiento las promesas hechas a los patriarcas y, en cuanto a los gentiles, para que glorifiquen a Dios por su misericordia; como está escrito:
«Por esto te alabaré entre los gentiles y cantaré para tu nombre».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Segunda Lectura
1. Nuevamente en este domingo, en la carta a los Romanos, Pablo hace referencia a las Escrituras, en este caso al Antiguo Testamento, para que de ellas podamos sacar unas consecuencias inmediatas: perseverancia y consuelo. Son dones que proceden de Dios.
Perseverancia, porque hay que tener en cuenta que Dios no falta a su alianza y a sus promesas; ha prometido un mundo mejor, nuevo, justo, (sería en este caso la promesa de la primera lectura de Isaías) y si perseveramos en fiarnos de esa promesa, la verán nuestro ojos.
2. Consuelo, porque cuando verificamos lo lejos que estamos de ese estado ideal y casi olímpico; la actitud cristiana no puede ser la desesperación; debemos consolarnos porque algo absolutamente nuevo nos viene de parte de Dios. Y el Adviento es un tiempo propicio para ello. El ejemplo que propone es Cristo, servidor de judíos y paganos, de magnitudes irreconciliables, de mentalidades opuestas.
Cristo es el futuro de todos los hombres. Este ideal no puede perderse para los seguidores del evangelio, para las comunidades cristianas que viven en cualquier parte del mundo. El Adviento es un tiempo ideal, es su idiosincrasia, porque es un tiempo de promesas que adelantan un futuro de lo que un día debe ser lo que Dios ha querido para toda la humanidad.
Aclamación antes del Evangelio
Lc 3, 4cd.6
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Toda carne verá la salvación de Dios. R.
EVANGELIO
Convertíos, porque está
cerca el reino de los cielos
Lectura del santo Evangelio
según san Mateo 3, 1-12
Por aquellos días, Juan el Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Este es el que anunció el profeta Isaías, diciendo: «Voz del que grita en el desierto: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos”».
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y de la comarca del Jordán; confesaban sus pecados; y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizará, les dijo: «¡Raza de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente? Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Tenemos por padre a Abrahán”, pues os digo que Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será talado y echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis; pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo y no merezco ni llevarle las sandalias. Él os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
Él tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y quemará la paja en una hoguera que no se apaga».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
1. El evangelio del día nos presenta a una de las figuras más características del Adviento: Juan el Bautista, el precursor del Señor. La presentación del profeta de Galilea, Jesús, se hace en la tradición cristiana de la mano de Juan el Bautista (cf Mc 1,1ss); de aquí de otras informaciones (Fuente Q) lo han tomado Mateo y Lucas, cada uno a su manera. La presentación de Mt 3,1-12 va encaminada al bautismo de Jesús. La discusión sobre la historicidad del mismo debería plantearnos algunas cuestiones que han sido debatidas en torno al Jesús histórico.
¿Fue Jesús discípulos de Juan el Bautista? Hoy no nos podemos negar a aceptar una relación de Jesús con el movimiento de Juan el Bautista (cf Jn 1,30). Pero tampoco podemos cerrarnos a aceptar que no hubo "fascinación" por su magisterio, por su bautismo o por sus ideas apocalípticas. Jesús tenía "in mente" otras ideas y otros proyectos. El desierto, el bautismo son elementos de la vida y la ideología del Bautista. Jesús iría a las aldeas y los pueblos "para anunciar el reinado de Dios". Pero es verdad que algo ocurrió en la vida de Jesús que se acercó a Juan.
2. El texto de Mateo propone los elementos en el que podían coincidir: "convertíos porque ha llegado el reinado de Dios". Esta expresión es cristiana por los cuatro costados, aunque el redactor ha querido incardinar estrechamente a Juan el Bautista con el proyecto y mensaje de Jesús de Nazaret. La "conversión" (metánoia) sí es coincidente. Pero debemos estar atentos a no entender esta expresión simplemente como "hacer penitencia". Es algo más radical y profético: es un cambio de mentalidad de mucho alcance, que sin duda Juan proponía a sus seguidores frente al judaísmo oficial.
El que no predicara en Jerusalén, ni en el templo (como tampoco hizo Jesús normalmente) muestra esa radicalidad apocalíptica que algunos han comparado con los sectarios judíos de Qumrán. No está claro que Juan perteneciera a esa secta. pero. podía haberse dado algunos contactos.
Elegir el desierto y el Jordán para el bautismo era como querer vivir la experiencia de un nuevo éxodo, de una nueva entrada en la tierra prometida, de recomenzar las relaciones con Dios con una nueva vivencia de alianza. Estos símbolos no son despreciables significativamente. y por eso Jesús se acercó a Juan que tenía fama de profeta entre el pueblo sencillo.
3. Es necesaria una conversión radical para que lo santo tenga sentido. Juan no tenía, así lo confiesa, las soluciones a mano; pero él sabe que Dios sí las tiene, y así las propone por medio de Jesús. La conversión, en este caso, es lo mismo que Isaías manifestaba en torno al "conocimiento de Dios".
Con Juan se cierra el Antiguo Testamento, desde la visión cristiana; con Juan acaba la historia de privilegios que el judaísmo oficial había montado en torno a lo santo y lo profano. El solamente diseña la última posibilidad de subsistir: un cambio, una nueva mentalidad, un nuevo rumbo, porque a partir de ahora Dios no va a dejarse manejar de cualquier manera.
Antífona de comunión
Bar 5, 5; 4, 36
Levántate, Jerusalén, sube a lo alto, para que contemples la alegría que te viene de Dios.
Oración después de la comunión
Saciados por el alimento que nutre nuestro espíritu, te rogamos, Señor, que, por nuestra participación en estos misterios, nos enseñes a valorar sabiamente las cosas de la tierra y a poner nuestro corazón en las del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Frailes Dominicos de España, Misal Católico, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.


