Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Martes, 2 de setiembre de 2025.


Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana XXII - Feria.
   Color del día: Verde.  


Antífona de entrada

Que se postre ante ti, Señor, la tierra entera; que todos canten himnos en tu honor y alabanzas a tu nombre.

Oración colecta

Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas los cielos y la tierra, escucha con amor las súplicas de tu pueblo y haz que los días de nuestra vida transcurran en tu paz. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Murió por nosotros
para que vivamos con él

Lectura de la 1ª carta del apóstol san
Pablo a los Tesalonicenses 5, 1-6. 9-11

Hermanos:

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche.

Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar.

Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.

Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente.

Porque Dios no nos ha destinado al castigo, sino a obtener la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, que murió por nosotros para que, despiertos o dormidos, vivamos con él.

Por eso, animaos mutuamente y edificaos unos a otros, como ya lo hacéis.

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Es común que circulen, sobre todo por la internet, muchos mensajes alarmantes sobre el fin del mundo, que como vemos en esta lectura, no es novedad, pues ya en tiempos de san Pablo ocurría lo mismo.

En este pasaje que acabamos de leer podemos ver cómo el apóstol retoma una de las enseñanzas importantes sobre este tema dada por Jesús al respecto: "Estén siempre preparados, pues no saben ni el día ni la hora... Vendrá como un ladrón en medio de la noche".

El cristiano, mis amados hermanos, siempre está preparado, pues vive en gracia y no está pensando en cuándo morirá o cuándo será el final de los tiempos, estas son cosas que sólo nos distraen de nuestras obligaciones diarias, especialmente de la construcción del Reino.

Los únicos que viven angustiados son los necios, los que les gusta jugar con fuego y van dejando pasar el tiempo sin confesarse, sin ponerse en paz con Dios, sin llevar una vida ordenada conforme al Evangelio.

Esos tales, viven en la oscuridad y no en el día, y si llegan a morir en ese estado, para ellos habrá sido el final de los tiempos y tendrán que enfrentar su necedad que puede constarles la eternidad gloriosa. No seamos así nosotros. Busquemos siempre vivir en gracia.

Esto hace que nuestra vida esté siempre llena de la paz de Dios y además tendremos en nosotros la luz del Espíritu, su amor y su gracia para vivir en plenitud esta vida y estaremos listos para cuando el Señor nos llame a su casa a vivir eternamente con él. Vive, pues, siempre en gracia.

Salmo responsorial
Sal 26, 1bcde. 4. 13-14

R. Espero gozar de la dicha 
del Señor en el país de la vida.
  • El Señor es mí luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar? R.
  • Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo. R.
  • Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor. R.

Aclamación antes del Evangelio
Lc 7,16

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Un gran Profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo. R.

EVANGELIO
Sé quién eres: el Santo de Dios

Lectura del santo Evangelio
según san Lucas, 4, 31-37

En aquel tiempo, Jesús bajó a Cafarnaún, ciudad de Galilea, y los sábados les enseñaba.

Se quedaban asombrados de su enseñanza, porque su palabra estaba llena de autoridad.

Había en la sinagoga un hombre poseído por un espíritu de demonio inmundo y se puso a gritar con fuerte voz: ¡Basta! ¿Qué tenemos que ver nosotros contigo, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios».

Pero Jesús le increpó diciendo: «¡Cállate y sal de él!».

Entonces el demonio, tirando al hombre por tierra en medio de la gente, salió sin hacerle daño.

Quedaron todos asombrados y comentaban entre sí: «¿Qué clase de palabra es esta? Pues da órdenes con autoridad y poder a los espíritus inmundos, y salen».

Y su fama se difundía por todos los lugares de la comarca.

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

El pasaje del Evangelio de hoy se sitúa en Cafarnaúm. Jesús había estado en Nazaret, donde lo rechazaron y hasta lo amenazaron de muerte. En Cafarnaúm, Jesús encuentra un lugar más tranquilo y amigable para continuar con su misión; ahí aprovecha para predicar en la sinagoga del pueblo. Cada sábado en la sinagoga, se invitaba a los ancianos o a las personas más preparadas a predicar sobre las enseñanzas de las Escrituras.

Cuando Jesús toma la palabra, se nota algo diferente. La gente se asombra porque veía que enseñaba con autoridad. Es tan evidente la diferencia que incluso el demonio lo reconoce. Pero ¿Qué significaba esto? ¿Qué era lo que hacía Jesús de diferente? Algo esencial que nosotros debemos aprender.

Sus palabras demostraban autoridad porque enseñaban con el ejemplo. Jesús predicaba sobre el amor amando, sobre el perdón perdonando, sobre el servicio sirviendo. Jesús aplicaba las palabras en todas las actividades y acciones de cada día. Demostraba autoridad porque lo que decía lo cumplía.

La Palabra no es una colección de textos históricos que sirven solo para leerse y recordarse y hacer referencia a algo pasado, sino que debe ser algo para aplicarse, es algo actual; es vivo y eficaz. Esto es lo que la convierte en algo de valor.

La Palabra debe ser el instructivo para la vida, a la cual debemos ser asiduos y también tenemos que ser obedientes. Tenemos que darle respeto dentro y fuera de la Liturgia. Aplicarla a la vida diaria, conocerla profundamente para que se haga autoridad en nuestra vida.

La misma Palabra tiene también poder para que los demonios reconozcan su divinidad y huyan, liberándonos de la esclavitud. Jesús tiene poder en su Palabra para ser autoridad de nuestras vidas y para liberarnos de la esclavitud del pecado. Nosotros debemos reconocerlo y hacer de su Palabra un escudo y la espada para enfrentar la batalla, librarnos de las tentaciones y alejarnos del enemigo y darle el poder para transformar nuestras vidas.

Procura que la Palabra de Dios esté presente diariamente como una herramienta para tu vida espiritual y aplícala con acciones concretas.

Cuando sientas miedo, duda o veas cerca la tentación que te presenta el enemigo, acude también a la Palabra de Dios porque tiene poder para vencerlo. No debemos temer al enemigo porque la autoridad de Cristo es infinitamente superior a él. Demos testimonio de la autoridad y el poder que Jesús tiene en nuestra vida. Esta es la mejor manera de que su fama se extienda por todo lugar. Y que los demás también lo conozcan.   

Antífona de comunión

Para mí, Señor, has preparado la mesa y has llenado mi copa hasta los bordes.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Infúndenos, Señor, el espíritu de tu caridad, para que, saciados con el pan del cielo, vivamos siempre unidos en tu amor. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Señor, no solo no temo, sino que espero ansiosamente el día en que Tú vengas de nuevo y empiece esa vida sin final, junto a ti, en la eterna bienaventuranza. Mientras tanto dame la gracia de vivir bien despierto, sobriamente y animando a aquellos que aún no se dan cuenta de lo maravilloso que es vivir en amistad contigo.

Acción

Hoy repetiré constantemente durante el día: "Ven, Señor Jesús".

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).