Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Lunes, 8 de diciembre de 2025.



Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana II.
   Color del día: Blanco.  

Solemnidad:


Antífona de entrada
Is 61, 10

Me alegro en el Señor con toda el alma y me lleno de júbilo en mi Dios, porque me revistió con vestiduras de salvación y me cubrió con un manto de justicia, como la novia que se adorna con sus joyas.


Oración colecta

Dios nuestro, que por la Inmaculada Concepción de la Virgen María preparaste una digna morada para tu Hijo y, en previsión de la muerte redentora de Cristo, la preservaste de toda mancha de pecado, concédenos que, por su intercesión, nosotros también, purificados de todas nuestras culpas, lleguemos hasta ti. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Pongo hostilidad entre tu descendencia
y la descendencia de la mujer

Lectura del libro del Génesis 3, 9-15. 20

Después de comer Adán del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo: «¿Dónde estás?».

Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».

El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».

Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».

El Señor Dios dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?».

La mujer respondió: «La serpiente me sedujo y comí».

El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y su descendencia; ella te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

Adán llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Cuando leemos el pasaje de la caída de nuestros primeros padres en el Paraíso nos podríamos preguntar: ¿Será posible no pecar? ¿Hubiera sido posible que Adán y Eva no pecaran y que la historia hubiera sido distinta? La respuesta es: Sí. Y para probarnos que el hombre puede ser totalmente fiel y obediente a Dios el Señor, en su infinita bondad, creó una criatura como Eva.

La creó totalmente humana y sin pecado, con el fin de mostrarle al mundo que es posible; que el pecado es un accidente en la vida del hombre que puede ser evitado. María es el modelo del hombre, del ser humano creado en perfección, es la imagen que reproduce el pensamiento de Dios y que hace entender que Dios no nos creó malos; que el mal y la destrucción entran en la vida del hombre por el pecado.

Por ello, cuando contemplamos el misterio de María, se revela ante nuestros ojos el proyecto de Dios cuando dijo: "Hagamos al hombre... y Dios lo creó a su imagen y semejanza, y al final vio Dios lo que había creado y vio que era muy bueno".

Celebrar hoy a María en esta solemnidad de la Inmaculada Concepción es una invitación de Dios para cada uno de nosotros a vivir lejos del pecado y a buscar en todo momento hacer su voluntad. María nos muestra con su vida que esto es posible. No por nuestros méritos, sino por la gracia, el poder y el amor de Dios.

Salmo responsorial
Sal 97, 1. 2-3ab. 3c-4

R. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas.
  • Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R.
  • El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia. Se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R.
  • Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R.

SEGUNDA LECTURA
Dios nos eligió en Cristo antes
de la fundación del mundo

Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los Efesios 1, 3-6. 11-12

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido Cristo con toda clase de bendiciones espirituales en los cielos.

Él nos eligió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos e intachables ante él por el amor.

Él nos ha destinado por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, a ser sus hijos, para alabanza de la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en el Amado.

En él hemos heredado también, los que ya estábamos destinados por decisión del que lo hace todo según su voluntad, para que seamos alabanza de su gloria quienes antes esperábamos en el Mesías.

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Segunda Lectura

La segunda lectura se toma del himno de Efesios. Los himnos del NT se cantaban como confesiones de fe, en alabanza al Dios salvador, que por Jesucristo se ha revelado a los hombres. Esta carta que se atribuye a Pablo, o a uno de sus discípulos mejor, ha recogido este himno en el que se nos presenta a Cristo ya desde los orígenes, antes incluso de la creación el mundo y con Cristo se tiene presente a toda la humanidad.

Se alaba a Dios porque, en Cristo, nos ha elegido para ser santos y sin tacha (diríamos sin pecado) en el amor. Como santos nos parecemos a Dios, y por eso estamos llamados a vivir sin la culpabilidad y el miedo del pecado. Esto lo logra Dios en nosotros por el amor. Porque Dios nos ha destinado a ser sus hijos, no sus rivales.

Por lo mismo, esa historia de culpabilidades entre los fuertes y los débiles, entre hombre y mujer, es atentar contra la dignidad de la misma creación. Cristo, pues, viene para romper definitivamente esa historia humana de negatividad, y nos descubre, por encima de cualquier otra cosa, que todos somos hijos suyos; que los hijos de Dios, hombre o mujer, esclavos o libres, estamos llamados a la gracia y al amor. Esta es nuestra herencia.

Aclamación antes del Evangelio
Cf. Lc 1, 28. 42

R. Aleluya, aleluya, aleluya.

Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tú entre las mujeres. R.

EVANGELIO
Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo

Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 1.26-38

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.

El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo».

Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin».

Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?».

El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, “porque para Dios nada hay imposible».

María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

Y el ángel se retiró.

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Hoy celebramos el día de la Inmaculada Concepción; ese gran dogma de fe: creemos que la Santísima Virgen tiene un corazón inmaculado, que no lo ha manchado pecado alguno. Pidámosle a María Santísima nos conceda la gracia de cultivar un corazón igual que el suyo, limpio de toda mancha, lleno de amor, de misericordia, de perdón, de servicio, de atención al otro.

Un corazón humilde y sencillo que se sabe indigno, pequeño, que a la vez se siente grande por saberse amado por Dios; un corazón que responde con prontitud a todo con ese ‘hágase en mí’. 

Hágase en mí como tú quieras. Ese corazón puro y limpio que logra ver las necesidades del otro y actúa para responder a ellas; ese corazón humilde que reconoce la mano de Dios en todo y todos y le hace vivir en la verdad de saberse criatura amada. 

Hoy, especialmente, aprendemos una virtud hermosa de María: el don de la aceptación del plan de Dios, aceptación libre: ‘Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad’. ‘Hágase’, de esta aceptación amorosa brota la fecundidad y la alegría. Fíjense, el ángel saluda a María diciéndole: ‘Alégrate’. La alegría nace de la presencia de Dios en el alma y de la aceptación de su plan. La alegría debe ser característica de todo bautizado. Alegría de ser lo que soy. 

Ser fieles y perseverantes a los designios de Dios y fecundos al plan de Dios. Ahí está el secreto de la Virgen María, ‘hágase’ fiel y perseverante. Hoy pidámosle a María nos dé la gracia de aceptar los planes de Dios, de decir sí como ella lo hizo y así vivir plenamente alegres y felices. 

Ese corazón fiel que le hizo decir: ‘hágase en mí’; ese corazón fiel que nos hace decir: ‘hágase en mí’ sin condiciones como la Virgen, y como la Virgen le fue fiel desde la cueva de Belén hasta los pies de la cruz. Hoy decir hágase en mí. 


Antífona de comunión

Grandes cosas se cantan de ti, María, porque de ti ha nacido el sol de justicia, Cristo nuestro Dios.


Oración después de la comunión

Que el sacramento que acabamos de recibir, Señor Dios nuestro, repare en nosotros las consecuencias de aquella culpa de la cual preservaste singularmente a la Virgen María en su Inmaculada Concepción. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Madre María, me acojo a tu gloriosa intercesión, lleva mis súplicas ante tu Hijo Jesús que se goza en escuchar tu deliciosa y constante oración por nosotros. Te pido también qu sigas siendo para mí el modelo hecho según el designio de mi Padre celestial.

Acción

En honor a María hoy rezaré el rosario.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Frailes Dominicos de España, Evangelización Activa, Misal Católico, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.