¡Y El Señor ha Resucitado!

¡Cristo está vivo entre nosotros!
¡Alegrémonos todos! Jesucristo, que entregó la vida por todos nosotros en la cruz, ha vencido la muerte y ha resurgido de entre los muertos para que comprendamos que es Dios y que su palabra de amor nos llevará a la vida eterna junto al Padre Celestial.

¡Que importante es el día de hoy, nuestra celebración y conmemoración más profunda y llena de sentimiento. Hoy recordamos que Jesús vino a este mundo a cambiarlo todo, a revolucionarlo todo, a enseñarnos que Dios es un Dios de amor, que los mandamientos son herramientas para vivir la vida correctamente y que sus enseñanzas nos ayudan a llevar una vida con sencillez, alegría, servicio y humildad.

Jesús nos dió grandes regalos en este día y durante toda su vida, nos enseñó el camino para ser santos -plasmado ahora en los evangelios y demás textos de sus discípulos-, nos enseñó cómo ser excelentes hijos y padres gracias a su ejemplo y al de su familia María Santísima siempre virgen y San José su esposo, nos enseñó a orar acudiendo al Padre Celestial en todo momento, y nos enseñó que su misericordia no tiene límites.

Pemitámole hoy y siempre, que Jesús vivo eternamente y resucitado, pueda entrar en nuestros corazones, pongamos nuestros pecados en el altar de sus manos para que nos convierta en almas puras y limpias, dispuestas a servirle y, recordando su dolorosísima pasión, tratar de no caer más en el pecado y la tentación, sino resucitar con El para la vida eterna.