¿Qué es la fe?

¿Tienes verdadera fe? - Reflexión


La lectura del Evangelio de hoy parece ser un puñado de ocurrencias de Jesús sin relación entre sí. Es como si estuviera escribiendo pegatinas o avisos para las carteleras que están afuera de las Iglesia. Like us on Facebook

Sin embargo, cuando Lucas escribió este Evangelio, tuvo una razón deliberada para poner estas perlas de santa sabiduría aquí, una después de la otra. Jesús estaba desafiando a sus seguidores con una pregunta implícita: ¿Tienes verdadera fe?


Examinemos nuestras respuestas.
Si tenemos verdadera fe en Jesús, estamos cautivados por quién realmente nos emociona, sorprende y fascina. A causa de esto, nos enfocamos en cada una de sus palabras, tanto que crecemos en nuestro entendimiento de la verdad y nos volvemos mejores al vivir la verdad. Nos volvemos más y más reacios a pecar o a causar un escándalo. Y cada vez nos gusta menos causar un escándalo accidentalmente.

Si tenemos verdadera fe en Jesús, notamos que rápidamente nos perdona, sin importar lo que hayamos hecho, y que se compadece por nuestro arrepentimiento, goza por el deseo que tenemos de cambiar y tiene paciencia por nuestras caídas continuas. También nos damos cuenta que Él conoce el corazón de cada pecador mucho mejor que nosotros, y por lo tanto dejamos de juzgarlos, dejamos de quejarnos y libremente escogemos ser misericordiosos con ellos.

Si tenemos verdadera fe en Jesús, no necesitamos tener una fe enorme para tener éxito espiritualmente o para que nuestras oraciones sean escuchadas. Aún los principiantes - los cristianos recién nacidos que apenas comienzan por el camino del descubrimiento espiritual - tienen suficiente fe para tirar árboles al mar. ¿Realmente? ¿Cómo? Bueno,
recuerda que la fe es un regalo del Espíritu Santo.

¡Tenemos la propia fe de Dios en nosotros! Eso es más que suficiente.

La verdadera fe es sólo una cuestión de permanecer fiel en la fe. En vez de comportarnos como si el Espíritu Santo no nos hubiese hecho diferentes de las personas que viven sin Dios, nuestro comportamiento está basado en lo que Jesús enseñó, hizo y lo que su Espíritu nos da poder para hacer. Y cuando fallamos en esto, corremos a los Sacramentos de la Reconciliación y la Eucaristía por sanación, purificación y fuerza renovadora.

Jesús no nos está pidiendo que tengamos una enorme fe en Él, sólo fe real. El valor de la semilla de mostaza está en su potencial de crecimiento - de convertirse en algo más de lo que es - cuando es alimentada apropiadamente. Tú ya tienes el potencial de arrojar árboles al mar,de arrojar obstáculos lejos de donde pueden interferir con lo que Dios quiere para ti - así que ahora es cuestión de alimentar tu fe para que crezca.

Nunca subestimes la importancia de tu fe, aún si te parece pequeña. Confía en la verdad. ¡Tu santidad crecerá!

Reflexiones de las Buenas Nuevas
Lunes de la 32da. Semana del Tiempo Ordinario
Noviembre 11, 2013
En Memoria de San Martín de Tours