EVANGELIO DE HOY Miércoles 11 de Diciembre de 2013

Santoral

· Primera Lectura: Isaías 40,25-31
"El Señor todopoderoso da fuerza al cansado"
"¿A quién podéis compararme, que me asemeje?", dice el Santo. Alzad los ojos a lo alto y mirad: ¿Quién creó aquello? El que cuenta y despliega su ejército y a cada uno lo llama por su nombre; tan grande es su poder, tan robusta su fuerza, que no falta ninguno. ¿Por qué andas hablando, Jacob, y diciendo, Israel: "Mi suerte está oculta al Señor, mi Dios ignora mi causa"? ¿Acaso no lo sabes, es que no lo has oído? El Señor es un Dios eterno y creó los confines del orbe. No se cansa, no se fatiga, es insondable su inteligencia. Él da fuerza al cansado, acrecienta el vigor del inválido; se cansan los muchachos, se fatigan, los jóvenes tropiezan y vacilan; pero los que esperan en el Señor renuevan sus fuer zas, echan alas como las águilas, corren sin cansarse, marchan sin fatigarse.

· Salmo Responsorial: 102
"Bendice, alma mía, al Señor."
Bendice, alma mía, al Señor, / y todo mi ser a su santo nombre. / Bendice, alma mía, al Señor, / y no olvides sus beneficios. R.
Él perdona todas tus culpas / y cura todas tus enfermedades; / él rescata tu vida de la fosa / y te colma de gracia y de ternura. R.
El Señor es compasivo y misericordioso, / lento a la ira y rico en clemencia; / no nos trata como merecen nuestro pecados / ni nos paga según nuestras culpas. R.

· Evangelio: Mateo 11,28-30
"Venid a mí todos los que estáis cansados"
En aquel tiempo, exclamó Jesús: "Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera."

Reflexión
Después de un día agobiante de trabajo o un período de nuestra vida en el que las cosas no han salido precisamente como nosotros las esperábamos, qué reconfortante es escuchar de Jesús: "Vengan a mí... y yo los aliviaré". 

Y es que sólo en Jesús podemos darle el justo valor a todas las cosas, por eso dice: "Aprendan de mí que soy manso y humilde de corazón".

El hombre se agita y se sofoca porque le da a las cosas una dimensión equivocada y porque quiere realizarlas con sus solos esfuerzos pero, sólo con la ayuda de Dios es posible realizar, en paz y con alegría, nuestros proyectos y sólo con su consuelo podemos aceptar, que éstos no hayan salido como nosotros pensábamos.

Si tu vida y tus proyectos están a medias o no se han realizado como tú lo esperabas, toma un momento de tu jornada para orar, para ponerte en los brazos amorosos de Jesús, él te dará la fuerza y la luz para recomenzar.

Hoy, a todas mis actividades, además de la eficiencia y el amor que como cristiano tengo que aportar, añadiré entusiasmo porque es el Señor quien me impulsa a seguir y hacer todo cada vez mejor. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro.