Evangelio del Día - Jueves 3 de julio de 2014


Tiempo litúrgico: Ordinario (verde)

Santoral



Primera Lectura: Efesios 2,19-22
"Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles"

Hermanos: Ya no sois extranjeros ni forasteros, sino que sois ciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular. Por él todo el edificio queda ensamblado, y se va levantando hasta formar un templo consagrado al Señor. Por él también vosotros os vais integrando en la construcción, para ser morada de Dios, por el Espíritu.

Salmo Responsorial: 116
"Id al mundo entero y proclamad el Evangelio."
  • Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos.
  • Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.

Evangelio: Juan 20,24-29
"¡Señor mío y Dios mío!"

Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo." 

A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús l e dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto."

Reflexión

La bienaventuranza que hoy hemos leído en este pasaje del evangelio está dirigida a nosotros: a los que sin ver hemos creído.

A los que sin ver a Jesús resucitado creemos que él está vivo, que es Dios, que camina con nosotros hasta la consumación de los siglos. Esto es lo que nosotros llamamos fe, es decir, tener la certeza de una realidad que no vemos. 

Tener fe en la resurrección de Jesús, significa que nosotros creemos que él es verdadero Dios, y si esta es una verdad aceptada y vivida en el corazón, entonces estamos seguros que todo lo que él dijo y prometió mientras predicaba, es verdad: es verdad que somos habitados por el Espíritu Santo; es verdad que todo lo que pidamos con fe se nos dará; es verdad que tenemos reservado un lugar en la eternidad con Jesús; es verdad que la vida vivida en el amor de Jesús es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Por eso alégrate y goza tú que sin ver has creído. 

Acción

Gracias, Jesús, por haber pagado un alto costo para que yo tuviera vida y para incluirme en tu familia, gracias por hacerme tu hermano y convertirme en hijo del Padre del cielo.

Sabiendo que un día en el cielo podremos abrazar a cada miembro de la Familia celestial; hoy abrazaré a las más personas posibles, siendo consciente de que ellos también son parte o pueden ser integrantes de ésta. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado del sitio católico:
Evangelización Activa