Evangelio del Día - Martes 26 de agosto de 2014


Tiempo litúrgico: Ordinario (verde)

Santoral



Primera Lectura: II Tesalonicenses 2, 1-3a. 14-17
"Conservad las tradiciones que habéis aprendido"

Os rogamos, hermanos, a propósito de la venida de nuestro Señor Jesucristo y de nuestra reunión con él, que no perdáis fácilmente la cabeza ni os alarméis por supuestas revelaciones, dichos o cartas nuestras, como si afirmásemos que el día del Señor está encima. Que nadie en modo alguno os desoriente. Dios os llamó por medio del Evangelio que predicamos, para que sea vuestra la gloria de nuestro Señor Jesucristo. 

Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta. Que Jesucristo, nuestro Señor, y Dios, nuestro Padre que nos ha amado tanto y nos ha regalado un consuelo permanente y una gran esperanza, os consuele internamente y os dé fuerzas para toda clase de palabras y de obras buenas.

Salmo Responsorial: 95
"Llega el Señor a regir la tierra"
  • Decid a los pueblos: "El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; él gobierna a los pueblos rectamente."
  • Alégrese el cielo, goce la tierra, retumbe el mar y cuanto lo llena; vitoreen los campos y cuanto hay en ellos.
  • Aclamen los árboles del bosque, delante del Señor, que ya llega, ya llega a regir la tierra: regirá el orbe con justicia y los pueblos con fidelidad.

Evangelio: Mateo 23, 23-26
"Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello"

En aquel tiempo, habló Jesús diciendo: ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el décimo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la ley: el derecho, la compasión y la sinceridad! Esto es lo que habría que practicar, aunque sin descuidar aquello. 

¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis rebosando de robo y desenfreno! ¡Fariseo ciego!, limpia primero la copa por dentro, y así quedará limpio también por fuera."

Reflexión
Cristo nos llama a todos a la conversión

No tenemos virtud, no porque sea difícil, sino porque no queremos. No tenemos paciencia…, porque no queremos. No tenemos templanza…, porque no queremos. No tenemos castidad, por lo mismo. Si quisiéramos seríamos santos…, y es mucho más difícil ser ingeniero, que ser santo. ¡Si tuviéramos fe!

Vida interior…, vida de espíritu, vida de oración. ¡Dios mío! ¡eso sí que debe ser difícil! No hay tal. Quita de tu corazón lo que estorba y en él hallarás a Dios. Ya está todo hecho. Muchas veces buscamos lo que no hay, y en cambio pasamos al lado de un tesoro y no lo vemos. Esto nos pasa con Dios, que le buscamos […] en una maraña de cosas, que a nosotros nos parecen mejores cuanto más complicadas. Y, sin embargo, Dios le llevamos dentro, y ahí no lo buscamos. Recógete dentro de ti mismo…, mira tu nada del mundo, ponte a los pies de una Cruz, y si eres sencillo, verás a Dios.

He aquí la vida de oración…, no hay que poner lo que ya está, sino que hay que quitar lo que sobra. Dogo lo que ya están suponiendo al alma en gracia de Dios, y si algunas veces Dios no está en ella es porque nosotros no queremos. Tenemos tal cúmulo de atenciones, distracciones, aficiones, deseos de vanidades, presunciones; tanto mundo dentro, que Dios se aleja… pero nada más quererlo Dios llena el alma de tal modo, que hace falta estar ciego para no verlo. 

¿Quiere un alma vivir según Dios?... Quite de ella todo lo que nos sea Él…, y ya está. Es relativamente fácil. Si quisiéramos, y con sencillez a Dios se lo pidiéramos, haríamos grandes progresos en la vida del espíritu. Si quisiéramos seríamos santos… Pero somos tan tontos que no queremos… Preferimos perder el tiempo en estúpidas vanidades.

San Rafael Arnaiz Barón (1911-1938), monje trapense español. Escritos del 25/01/1937 (Obras completas - Editorial Monte Carmelo, p. 767.768, § 883.884.885)

Acción

Señor, te espero ansiosamente, espero tu regreso majestuoso y lleno de poder, pero lo espero en tu paz y con alegría. Sólo te pido que la acción de tu Espíritu Santo siempre me guíe para permanecer firme en tu amor y en tu verdad; que mi vida esté llena de buenas obras y de buenas palabras.

Hoy repetiré constantemente "Ven, Señor Jesús" y lo haré pensando en que venga a mi día, en que venga al mundo que no lo conoce y que venga en el día grande y glorioso de su revelación. 

Permiteque el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Evangelio del Día