Lecturas - Martes 6 de enero de 2015


Tiempo litúrgico: Navidad
Color: Blanco

  (celebrada el domingo 4 de enero)


Primera Lectura: I Juan 4,7-10
"Dios es amor"

Queridos hermanos, amémonos unos a otros, ya que el amor es de Dios, y todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como víctima de propiciación para nuestros pecados.

Salmo Responsorial: 71, 2. 3-4ab. 7-8
"Que todos los pueblos de la tierra se postren ante ti, Señor.
  • Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud.
  • Que los montes traigan paz, y los collados justicia; que él defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del pobre.
  • Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.

Evangelio: Marcos 6,34-44
"Jesús se revela como profeta en la multiplicación de los panes"

En aquel tiempo, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma. Cuando se hizo tarde se acercaron sus discípulos a decirle: "Estamos en despoblado, y ya es muy tarde. Despídelos, que vayan a los cortijos y aldeas de alrededor y se compren de comer." 

Él les replicó: "Dadles vosotros de comer." Ellos le preguntaron: "¿Vamos a ir a comprar doscientos denarios de pan para darles de comer?" Él les dijo: "¿Cuántos panes tenéis? Id a ver." Cuando lo averiguaron le dijeron: "Cinco, y dos peces." 

Él les mandó que hicieran recostarse a la gente sobre la hierba en grupos. Ellos se acomodaron por grupos de ciento y de cincuenta. Y tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran. Y repartió entre todos los dos peces. Comieron todos y se saciaron, y recogieron las sobras: doce cestos de pan y de peces. Los que comieron eran cinco mil hombres."

Reflexión

En medio de un mundo egoísta, que solo piensa en sí mismo, este evangelio nos enseña lo qué puede ocurrir cuando se comparte lo que se tiene. Eran solo unos cuantos panes y pescados y fueron suficientes para alimentar a toda una multitud.

Es que precisamente cuando se comparte, es cuando se puede experimentar la multiplicación. Muchas veces pensamos que lo que tenemos (especialmente cuando se trata de recursos económicos) apenas nos alcanzaría para nosotros y para nuestra familia. Es necesario hacer la prueba y darnos cuenta que cuando ponemos nuestros dones al servicio de Dios y de los demás, estos se multiplican enormemente.

La abundancia nace del compartir. El atesorar nos empobrece y empobrece a muchos, el compartir nos enriquece y nos permite participar del amor de Dios. ¿Por qué no haces la prueba y ves qué grande es el Señor?

Acción

Gracias, Señor, por tu amor profundo y tremendamente superior a lo que pudiera haber esperado. Tu amor es mi inspiración y me impulsa a amar y a darme a los demás. No permitas, Jesús, que olvide el amor incomparable, personal, fiel, eterno e incondicional con que me amas.

Hoy repetiré a las más personas que pueda, que Dios les ama. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelio del Día - Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015, Conferencia Episcopal de Costa Rica