Lecturas - Lunes 23 de febrero de 2015


Tiempo litúrgico: Cuaresma
Color: Morado

Santoral

Primera Lectura: Levítico 19,1-2.11-18
"Juzga con justicia a tu conciudadano"

El Señor habló a Moisés: "Habla a la asamblea de los hijos de Israel y diles: "Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No robaréis ni defraudaréis ni engañaréis a ninguno de vuestro pueblo. No juraréis en falso por mi nombre, profanando el nombre de Dios. Yo soy el Señor. 

No explotarás a tu prójimo ni lo expropiarás. No dormirá contigo hasta el día siguiente el jornal del obrero. No maldecirás al sordo ni pondrás tropiezos al ciego. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor.

No daréis sentencias injustas. No serás parcial ni por favorecer al pobre ni por honrar al rico. Juzga con justicia a tu conciudadano. No andarás con cuentos de aquí para allá, ni declararás en falso contra la vida de tu prójimo. Yo soy el Señor. 

No odiarás de corazón a tu hermano. Reprenderás a tu pariente, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás ni guardarás rencor a tus parientes, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor.""

Salmo Responsorial: 18
"Tus palabras, Señor, son espíritu y vida."
  • La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante.
  • Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos.
  • La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos.
  • Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío.

Evangelio: Mateo 25,31-46
Cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, conmigo lo hicisteis

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda. 

Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." 

Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis." 

Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." 

Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna."

Reflexión

La liturgia nos propone este texto, donde nos enseña que la vida cristiana está cimentada en la caridad, y nos invita a que trabajemos en esta área tan importante de nuestra vida, ya que nuestro juicio finalmente será en base a la caridad. 

Y esto no significa que las prácticas religiosas o nuestro conocimiento bíblico o teológico no sean importantes; por supuesto que lo son, pues deben ser un medio para que crezca en nosotros la fe y, con ello, la caridad. Empecemos por cosas simples, por ejemplo, visitar a los miembros de nuestra propia familia. 

¿Hace cuánto que no visitas a tus abuelos o tíos que están enfermos o necesitados? ¿Qué calidad de visita es la que practicas con ellos: la clásica visita de doctor? Si no somos capaces de vivir lo más sencillo, atendiendo a nuestra propia familia, qué difícil será que lo hagamos por los demás. No olvidemos que en esto se está decidiendo nuestra felicidad. 

Acción

Señor, reconozco que tú eres Santo y que no hay nadie como Tú; por eso te pido: ¡Hazme santo, Señor! Dame tu gracia para que todas mis emociones, pensamientos y acciones estén llenos de la pureza con la que me creaste y para la cual me buscas y me guías. Dios mío, me abro a tu acción y me comprometo a cuidar mi persona de todo aquello que no te honra como Señor de Señores. Amén.

En este día pondré mayor vigilancia a mis pensamientos, emociones y acciones para detectar y erradicar aquellas que no expresan el Señorío de Jesús en mi vida. 

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015, Conferencia Episcopal de Costa Rica