Lecturas de la Misa y reflexión sobre el Evangelio - Viernes 10 de julio de 2015


Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Verde

Santoral



Primera Lectura: Génesis 46, 1-7. 28-30
"Puedo morir, después de haberte visto en persona"

En aquellos días, Israel, con todo lo suyo, se puso en camino, llegó a Berseba y allí ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac. Dios le dijo a Israel en una visión de noche: "Jacob, Jacob." Respondió: "Aquí estoy." Dios le dijo: "Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te convertiré en un pueblo numeroso. Yo bajaré contigo a Egipto, y yo te haré subir; y José te cerrará los ojos." 

 Al salir Jacob de Berseba, los hijos de Israel hicieron montar a su padre, con los niños y las mujeres, en las carretas que el Faraón había enviado para transportarlos. Tomaron el ganado y las posesiones que habían adquirido en Canaán y emigraron a Egipto Jacob con todos sus descendientes, hijos y nietos, hijas y nietas, y todos los descendientes los llevó consigo a Egipto. 

Jacob despachó por delante a Judá, a visitar a José y a preparar el sitio en Gosén. Cuando llegaron a Gosén, José mandó preparar la carroza y se dirigió a Gosén a recibir a su padre. Al verlo, se le echó al cuello y lloró abrazado a él. Israel dijo a José: "Ahora puedo morir, después de haberte visto en persona, que estás vivo."

Salmo Responsorial: 36, 3-4, 18-19, 27-28, 39-40
"El Señor es quien salva a los justos."
  • Confía en el Señor y haz el bien, habita tu tierra y practica la lealtad; sea el Señor tu delicia, y él te dará lo que pide tu corazón.
  • El Señor vela por los días de los buenos, y su herencia durará siempre; no se agostarán en tiempo de sequía, en tiempo de hambre se saciarán.
  • Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás una casa; porque el Señor ama la justicia y no abandona a sus fieles. Los inicuos son exterminados, la estirpe de los malvados se extinguirá.
  • El Señor es quien salva a los justos, él es su alcázar en el peligro; el Señor los protege y los libra, los libra de los malvados y los salva porque se acogen a él.

Evangelio: Mateo 10,16-23
"No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre"

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: "Mirad que os mando como ovejas entre lobos; por eso, sed sagaces como serpientes y sencillos como palomas. Pero no os fiéis de la gente, porque os entregarán a los tribunales, os azotarán en las sinagogas y os harán comparecer ante gobernadores y reyes, por mi causa; así daréis testimonio ante ellos y ante los gentiles. 

Cuando os arresten, no os preocupéis de lo que vais a decir o de cómo lo diréis: en su momento se os sugerirá lo que tenéis que decir; no seréis vosotros los que habléis, el Espíritu de vuestro Padre hablará por vosotros. Los hermanos entregarán a sus hermanos para que los maten, los padres a los hijos; se rebelarán los hijos contra sus padres, y los matarán. 

Todos os odiarán por mi nombre; el que persevere hasta el final se salvará. Cuando os persigan en una ciudad, huid a otra. Porque os aseguro que no terminaréis con las ciudades de Israel antes de que vuelva el Hijo del hombre."

Reflexión

Ante la lectura de este pasaje, podríamos preguntarnos: ¿Por qué habrían de perseguir a los seguidores de Jesús? ¿Por qué me han de perseguir a mí? La respuesta la da Jesús (en el evangelio de Juan): "Si a mí me persiguieron, a ustedes también los perseguirán". Esta persecución es debida a que la vida cristiana, muchas veces se opone radicalmente a los intereses egoístas del mundo. 

Por eso, cuando una persona verdaderamente se convierte en un "discípulo" de Jesús, dado que sus criterios y valores se regulan por el Evangelio y su vida es dirigida por el Espíritu Santo, los amigos, a los que les gusta mantener conversaciones obscenas o irreligiosas, frecuentar lugares inconvenientes o realizar acciones contrarias a la moral y principios cristianos, comenzarán a rechazarlos, a no invitarlos y a excluirlos del grupo de "amigos". 

Lo mismo si el cristiano hace manifiesto su "discipulado" en la oficina, viviendo las normas de la justicia, muchas veces no encontrará apoyo en sus compañeros, e incluso, si llega a oponerse radicalmente a la injusticia, puede hasta perder el puesto. 

Efectivamente, la vida cristiana no siempre es fácil, pero es la única vida que proporciona al hombre la verdadera paz y la alegría interior que no tienen fin. Hoy, más que nunca, Jesús necesita de hombres y mujeres fieles al Evangelio que sean capaces de testificar ante los demás su amor por él. No tengas miedo, él nos ha ofrecido que estará con nosotros y que, en ese momento, seremos asistidos por la fuerza y el poder del Espíritu Santo.

Oración

Señor, en mi deseo de independencia, no me di cuenta de que estaba perdiéndolo todo y, peor aún, me estaba independizando de ti. Ayúdame, Espíritu Santo, a reconocer el vacío y la infelicidad en que me encuentro, para levantarme de mi miseria y caminar hacia mi Padre Dios, que viene a mi encuentro con los brazos abiertos.

Acción

Hoy haré un examen profundo de conciencia y no dejaré que termine esta semana sin confesarme.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 - Conferencia Episcopal de Costa Rica