Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Miércoles 11 de noviembre de 2015


Tiempo Litúrgico: Ordinario
Color: Blanco

Santoral



Primera Lectura: Sabiduría 6, 1-11
"Escuchad, reyes, a ver si aprendéis a ser sabios"

Escuchad, reyes, y entended; aprendedlo, gobernantes del orbe hasta sus confines; prestad atención, los que domináis los pueblos y alardeáis de multitud de súbditos; el poder os viene del Señor, y el mando, del Altísimo: él indagará vuestras obras y explorará vuestras intenciones; siendo ministros de su reino, no gobernasteis rectamente, ni guardasteis la ley, ni procedisteis según la voluntad de Dios. 

Repentino y estremecedor vendrá sobre vosotros, porque a los encumbrados se les juzga implacablemente. A los más humildes se les compadece y perdona, pero los fuertes sufrirán una fuerte pena; el Dueño de todos no se arredra, no le impone la grandeza: él creó al pobre y al rico y se preocupa por igual de todos, pero a los poderosos les aguarda un control riguroso. 

Os lo digo a vosotros, soberanos, a ver si aprendéis a ser sabios y no pecáis; los que observan santamente su santa voluntad serán declarados santos; los que se la aprendan encontrarán quien los defienda. Ansiad, pues, mis palabras; anheladlas, y recibiréis instrucción.

Salmo Responsorial: 81
"Levántate, oh Dios, y juzga la tierra" 
  • "Proteged al desvalido y al huérfano, haced justicia al humilde y al necesitado, defended al pobre y al indigente, sacándolos de las manos del culpable."
  • Yo declaro: "Aunque seáis dioses, e hijos del Altísimo todos, moriréis como cualquier hombre, caeréis, príncipes, como uno de tantos."

Evangelio: Lucas 17, 11-19
"¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?"

Yendo Jesús camino de Jerusalén, pasaba entre Samaria y Galilea. Cuando iba a entrar en un pueblo, vinieron a su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos y a gritos le decían: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros." 

Al verlos, les dijo: "Id a presentaros a los sacerdotes." Y, mientras iban de camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes gritos y se echó por tierra a los pies de Jesús, dándole gracias. 

Éste era un samaritano. Jesús tomó la palabra y dijo: "¿No han quedado limpios los diez?; los otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a Dios?" Y le dijo: "Levántate, vete; tu fe te ha salvado."

Reflexión sobre la Primera Lectura

Este pasaje dirigido a los gobernantes bien lo podemos aplicar a todos aquellos que tienen responsabilidades, ya sea para sus subordinados en las empresas y oficinas, o de manera general para los padres de familia a quienes se les ha encomendado el gobierno de la casa y la educación de los hijos.

Esta lectura debe llevarnos a meditar en cómo estamos usando el "poder", y de los dones que Dios nos ha dado con respecto a aquellos que ha puesto bajo nuestra tutela. Nosotros somos responsables de su crecimiento, no solo económico (para aquellos que tienen responsabilidades como autoridad en las empresas y el gobierno), sino de su vida moral y religiosa. Si de manera ordinaria todos necesitamos de la Sabiduría divina, aquellos que tienen la responsabilidad de conducir a los demás, la necesitan mucho más.

Si todas las decisiones que tomamos con respecto a la educación de los hijos (sobre todo en su vida moral), al gobierno de nuestras casas, a la promoción de nuestros empleados, al bien de la comunidad social (por los políticos y encargados de nuestros gobiernos) fueran hechas a la luz y bajo la guía del Espíritu Santo, el mundo verdaderamente sería la antesala del paraíso. 

No habría más hambre, ni injusticia y todos viviríamos en paz y con alegría. Es, pues, importante que hoy revises si tus decisiones están siendo iluminadas por la Sabiduría de Dios, o si sigues a los derroteros del mundo.

Reflexión sobre el Evangelio

Me parece que una de las cosas que se ha ido perdiendo en nuestros días es el valor de la gratitud. Solo piensa: ¿Cuántas veces al día dices "gracias"? 

Vivimos en un mundo tan mecánico que se nos olvida que detrás de la mayoría de los dones o beneficios que recibimos está alguna persona a la que seguramente le haría mucho bien recibir un "gracias". No importa si lo que la otra persona hizo por ti lo haya hecho por obligación. Agradecer ensancha el corazón y nos introduce a la esfera de Dios que, aun siendo Dios, se hizo hombre y se dió por nosotros.

No dejemos que nuestras prisas, el mecanicismo, la distracción o la soberbia nos ganen. Aprendamos a decir: "Gracias". Verás que, de la misma manera que ese "gracias" a Jesús le cambió la vida al samaritano, así será, sin lugar a dudas, en nosotros si sabemos agradecer, pues todo en esta vida es "don" que hay que agradecer.

Oración

Señor, haz que yo, como Salomón, sea capaz también de pedirte Sabiduría para gobernar, en lugar de riquezas y beneficios personales.

Acción

Hoy revisaré cómo trato a las personas que están bajo mi responsabilidad.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa
Verificado en:
Ordo Temporis 2015 Conferencia Episcopal de Costa Rica