Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Miércoles 24 de febrero de 2016.


Tiempo Litúrgico: Cuaresma
Color: Morado

Santos:



Primera lectura: Jeremías 18:18-20
Venga, vamos a hablar mal de él

Entonces dijeron: «Venid y tramemos algo contra Jeremías, porque no va a faltarle la ley al sacerdote, el consejo al sabio, ni al profeta la palabra. Venid e hirámosle por su propia lengua: no estemos atentos a todas sus palabras.» Estáte atento a mí, Yahveh, y oye lo que dicen mis contrincantes. ¿Es que se paga mal por bien? (Porque han cavado una hoya para mi persona.) Recuerda cuando yo me ponía en tu presencia para hablar en bien de ellos, para apartar tu cólera de ellos.

Salmo responsorial: 30, 5 6. 14. 15 16
R. Sálvame, Señor, por tu misericordia. 
  • Sácame de la red que me han tendido, porque tú eres mi amparo. A tus manos encomiendo mi espíritu: tú, el Dios leal, me librarás, R. 
  • Oigo el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo; se conjuran contra mí y traman quitarme la vida. R.
  • Pero yo confío en ti, Señor, te digo: «Tú eres mi Dios.» En tu mano están mis azares: líbrame de mis enemigos que me persiguen. R.

Evangelio según san Mateo 20:17-28
Lo condenarán a muerte

Cuando iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomó aparte a los Doce, y les dijo por el camino: «Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas; le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará. 

Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, y se postró como para pedirle algo. Él le dijo: « ¿Qué quieres?» Dícele ella: «Manda que estos dos hijos míos se sienten, uno a tu derecha y otro a tu izquierda, en tu Reino.» Replicó Jesús: «No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber?» Dícenle: «Sí, podemos.» Díceles: «Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. 

Al oír esto los otros diez, se indignaron contra los dos hermanos. Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos.»."

Reflexión sobre la Primera Lectura

Hay ocasiones en nuestra vida en las que sentimos que todo se derrumba a nuestro alrededor; nuestra salud se debilita, nuestros negocios no van bien, la economía se viene abajo, problemas con la familia o con la comunidad.

Es precisamente en estos momentos en los que el ser cristiano se pone totalmente de manifiesto, ya que mientras el común de la gente se desespera y busca solucionar la crisis por sus propias manos, el cristiano invita a Dios a intervenir para poder superar juntos dicha crisis. Esto hace que la paz permanezca en el corazón del hombre, pues sabe que Dios es poderoso, sabe que lo ama y que no lo abandonará nunca.

Cuando te sientas atribulado y no encuentres solución para tus problemas, clama a Dios como el profeta: "Señor, atiéndeme". Serás entonces testigo del poder y de la infinita misericordia de Dios.

Reflexión sobre el Evangelio

Una de las imperfecciones que causan mucho retraso en la vida espiritual y que se mezclan de manera muy sutil en nuestra vida es la envidia. 

Es increíble que aun como cristianos no sepamos alegrarnos de los bienes y de las bendiciones que reciben nuestros hermanos, y en ocasiones sentimos hasta coraje de que Dios los haya bendecido; no sólo en el plano económico, sino como nos lo presenta hoy el evangelio, en el ámbito social, que se extiende al religioso. Esto, como nos lo dice Jesús, es entendible que se presente entre los paganos, en los que no están llenos del amor de Dios pero, ¿en nosotros? Lógicamente esto genera críticas y enemistades.

Qué diferente sería nuestra vida, si al ver que uno de nuestros hermanos recibe una bendición, nos alegráramos con él. Seguramente que nuestra vida estaría llena de paz y felicidad. Cambia tu actitud y "verás qué bueno es el Señor".

Oración

Señor, atiénde a la voz de mi súplica, tú conoces mi vida, cada parte de mí, lo bueno y lo malo que hay en mí. Mírame con bondad, Señor, y protégeme en el día de tribulación, en todo aquello en donde me siento como en una fosa. Ven, Dios mío, y sálvame. Tú sabes lo que necesita mi corazón para pertenecerte completamente, solo te pido tu fuerza y tu gracia para que no sea mi enemigo el que triunfe, sino que, incluso en las situaciones difíciles, pueda ver tu mano ayudándome y sosteniéndome.

Acción

El día de hoy oraré a Dios para pedir especialmente por aquellas personas que me persiguen, que me molestan, que pareciera que gozan con lo que a mí me molesta. Levantaré una oración pidiéndole al Padre Celestial que tenga misericordia de ellos, y yo mismo mostraré misericordia, a fin de que encuentren la verdadera vida en Jesús.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa, Archidiócesis de Madrid
Verificado en:
Ordo Temporis 2016, Conferencia Episcopal de Costa Rica