Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Viernes 29 de julio de 2016.


Tiempo Litúrgico: Ordinario
 Color del día: Blanco 

Santos del día:


Primera Lectura: Libro del profeta Jeremías (26, 1-9)
La gente se amotinó contra Jeremías en el templo del Señor

Al principio del reinado de Joaquín, hijo de Josías y rey de Judá, el Señor le habló a Jeremías y le dijo: “Esto dice el Señor: ‘Ve al atrio del templo y diles a todos los habitantes de Judá que entran en el templo para adorar al Señor, todas las palabras que yo te voy a ordenar, sin omitir ninguna. A ver si las escuchan y se convierten de su mala vida, y me arrepiento del castigo que he pensado imponerles a causa de sus malas acciones’.

Diles, pues: ‘Esto dice el Señor: Si no me obedecen, ni cumplen la ley que he dado, ni escuchan las palabras de mis siervos, los profetas, que sin cesar les he enviado y a quienes ustedes no han escuchado, entonces yo trataré a este templo como al de Siló y haré que esta ciudad sirva de escarmiento para todos los pueblos de la tierra’ ”.

Los sacerdotes, los profetas y el pueblo oyeron a Jeremías pronunciar estas palabras en el templo del Señor. Y cuando él terminó de decir cuanto el Señor le había mandado, los sacerdotes y los profetas lo apresaron, diciéndole al pueblo: “Este hombre debe morir, porque ha profetizado en nombre del Señor que este templo será como el de Siló y que esta ciudad será destruida y quedará deshabitada”. Entonces la gente se amotinó contra Jeremías en el templo del Señor.

Reflexión sobre la Primera Lectura

El pueblo, en tiempos de Jeremías, pensaba que el templo era lo más importante de su vida religiosa y social, más importante aún que el cumplimiento de la ley. De manera que era gente muy religiosa que asistía al templo conforme a las prescripciones, ofrecía los sacrificios y hacía todo lo que Dios había ordenado en cuanto al templo, pero habían olvidado completamente la vida moral. 

El templo se había convertido en un verdadero ídolo, que a su manera, había ya suplantado a Dios. Es por ello que el profeta invita al pueblo a la conversión. Sin embargo, la respuesta es la misma que dan hoy los católicos fríos, los que van a misa "por cumplir", o cuando hay una boda o algún evento especial: "No nos interesa lo que estás diciendo, ya cállate". Y esto es entendible, ya que el asistir al templo, tanto antes como ahora, no compromete nuestra vida para nada. 

La gente hoy viene a misa pero su vida moral, la forma como lleva su casa, sus negocios, sus diversiones, nada tiene que ver con lo que Jesús nos pidió en el Evangelio. Abramos bien nuestros oídos a la voz del profeta, pues lo que fue verdad para el pueblo de Judá, lo será también para todo aquel que vive una religiosidad sin moral: será destruido y echado al lago de fuego, como claramente nos lo anunció Jesús

Salmo responsorial (68, 5. 8-10. 14)
R/ Escúchanos, Señor, conforme a tu clemencia. 
  • Son más que mis cabellos los que me odian sin tener un motivo y más fuertes que yo los que pretenden con sus calumnias acabar conmigo. Lo que yo no robé, ¿acaso tengo yo que restituirlo? R. 
  • Por ti he sufrido injurias y la vergüenza cubre mi semblante. Extraño soy y advenedizo, aun para aquellos de mi propia sangre; pues me devora el celo de tu casa, el odio del que te odia, en mí recae. R. 
  • A ti, Señor, elevo mi plegaria, ven en mi ayuda pronto; escúchame conforme a tu clemencia, Dios fiel en el socorro. R.

† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (10, 38-42)
Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan

En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”. 

El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

Reflexión sobre el Evangelio

Aunque este evangelio nos refiere, muy probablemente, a María la hermana de Lázaro, las palabras de Jesús se aplican perfectamente a María, su Santísima Madre. 

Son muchísimos los pasajes en los que Jesús, de manera especial en el evangelio de san Lucas, nos presentan a la Madre de Jesús como: "la que escucha y obedece la palabra de Dios". Ahora bien, este pasaje ha sido utilizado constantemente en la Iglesia para ilustrar dos grandes vocaciones: la vida Contemplativa (María) y la vida Activa (Marta). 

Las dos sirven a Jesús de diferente manera. Lo bello en María de Nazaret es que ella resume estas dos vocaciones y con ello nos invita a imitarla: El cristiano debe ser un contemplativo en la acción. ¿Por qué no te tomas unos pocos minutos de tu agitado día para elevar tu corazón a Dios, y darte cuenta de toda la belleza que él ha puesto a tu alrededor?

Oración

Líbrame, Señor, de una falsa espiritualidad, que nunca use de pretexto a la Iglesia para desentenderme de mis deberes como cristiano, no quiero ser un ritualista sino un verdadero cristiano, es decir, alguien semejante a ti, alguien dispuesto a vivir los valores morales de tu Evangelio en medio de este mundo que mantiene una actitud tan indiferente al mal e incluso, persecutoria hacia los que te buscan. Señor, quiero ser como eres tú.

Acción

Hoy revisaré qué tanto impactan en mi vida los actos religiosos que hago, si son en verdad motivo de cambio o sólo los hago por costumbre o por apaciguar mi conciencia; de ser así, hoy haré un compromiso de vivir conforme a lo que creo y celebro en esas acciones.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de:
Evangelización Activa, Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis 2016, Conferencia Episcopal de Costa Rica