Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Miércoles 29 de julio de 2020.


Tiempo Litúrgico: Ordinario II - Semana XVII.
   Color del día: Blanco.  

Memoria obligatoria:

Primera Lectura
Del libro del profeta
Jeremías (15, 10. 16-21)
¿Por qué mi dolor no acaba nunca?
- Si te vuelves a mí, seguirás a mi servicio.

¡Ay de mí, madre mía! ¿Por qué me engendraste para que fuera objeto de pleitos y discordias en todo el país? A nadie debo dinero, ni me lo deben a mí, y sin embargo todos me maldicen.

Siempre que oí tus palabras, Señor, las acepté con gusto; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque yo defendía tu causa, Señor, Dios de los ejércitos.

No me senté a reír con los que se divertían; forzado por tu mano, me sentaba aparte, porque me habías contagiado con tu propia ira. ¿Por qué mi dolor no acaba nunca, y mi herida, se ha vuelto incurable? ¿Acaso te has convertido para mí, Señor, en espejismo de aguas que no existen?

Entonces el Señor me respondió: "Si te vuelves a mí, yo haré que cambies de actitud, seguirás a mi servicio; si separas el metal precioso de la escoria, seguirás siendo mi profeta. Ellos cambiarán de actitud para contigo, no tú para con ellos.

Yo te convertiré frente a este pueblo en una poderosa muralla de bronce: lucharán contra ti pero no podrán contigo, porque yo estaré a tu lado para librarte y defenderte, dice el Señor. Te libraré de las manos de los perversos, te rescataré de las manos de los poderosos".

Reflexión sobre la Primera Lectura

Los caminos por los que Dios hace pasar a sus elegidos, son siempre inciertos y, muchas veces, contradictorios. Al oír la queja de Jeremías, nos viene a la mente las palabras de Jesús en la Cruz: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?. ¿Por qué un hombre que sólo ha buscado hacer el bien puede llegar a sentirse desolado y abandonado por Dios y por los hombres?

Esta pregunta no encuentra una fácil explicación, pues nos injerta en el misterio salvífico de Dios. El profeta, al ver que no le hace caso el pueblo y que se vuelca contra él, siente la ausencia de Dios, y como Jesús pregunta, ¿dónde estás? ¿Fuiste Tú quien me envió? ¡Respóndeme! Y Dios, el Dios siempre fiel, le responde: Todo esto lo he hecho para purificarte, para que se separe el metal bueno del malo.

Dios, nos pone en el crisol para probar nuestra fidelidad y nuestro amor, para integrarnos a su misterio, por eso, cuando te veas asaltado por la maldad de los demás, sobre todo por haber sido testigo del Evangelio; cuando por ello te persigan, alégrate y salta de contento, pues Dios te ha considerado digno de ser su profeta, y tu recompensa será inmensa. Cuando estés en la prueba, no desfallezcas, purifica tu corazón y deja que Dios sea quien conduzca tu vida.

Salmo responsorial:
(Sal 58, 2-3. 4-5a. 10-11)
R/ Me alegraré, Señor, por tu bondad.
  • Dios mío, líbrame de mis enemigos, protégeme de mis agresores; líbrame de los que hacen injusticias, sálvame de los hombres sanguinarios. R.
  • Mira como se conjuran contra mi los poderosos y esperan el momento de matarme. Sin embargo, Señor, en mí no hay crimen ni pecado; sin culpa mía, avanzan contra mí para atacarme. R.
  • En ti, Señor, tendré fijos los ojos, porque tú eres mi fuerza y me refugio. El Dios de mi amor vendrá en mi ayuda y me hará ver la derrota de mis enemigos. R.
  • Yo celebraré tu poder y desde la mañana me alegraré por tu bondad, porque has sido mi defensa y mi refugio e el día de la tribulación. R.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (10, 38-42)
Marta, Marta, muchas cosas
te preocupan y te inquietan.

En aquel tiempo, entró Jesús en un poblado, y una mujer, llamada Marta, lo recibió en su casa. Ella tenía una hermana, llamada María, la cual se sentó a los pies de Jesús y se puso a escuchar su palabra. Marta, entre tanto, se afanaba en diversos quehaceres, hasta que, acercándose a Jesús, le dijo: “Señor, ¿no te has dado cuenta de que mi hermana me ha dejado sola con todo el quehacer? Dile que me ayude”.

El Señor le respondió: “Marta, Marta, muchas cosas te preocupan y te inquietan, siendo así que una sola es necesaria. María escogió la mejor parte y nadie se la quitará”.

Reflexión sobre el Evangelio

Aunque este evangelio se refiere a María, la hermana de Lázaro, las palabras de Jesús se aplican con propiedad a María, su Santísima Madre. Son muchísimos los pasajes en los que Jesús, de manera especial en el evangelio de san Lucas, nos presentan a la Madre de Jesús como la que escucha y obedece la palabra de Dios.

Ahora bien, este pasaje ha sido utilizado constantemente en la Iglesia para ilustrar dos grandes vocaciones: la vida contemplativa (María) y la vida activa (Marta).

Las dos sirven a Jesús de diferente manera. Lo bello en María de Nazaret, es que ella resume estas dos vocaciones y con ello nos invita a imitarla: El cristiano debe ser un contemplativo en la acción. ¿Por qué no te tomas unos pocos minutos de tu agitado día para elevar tu corazón a Dios, y darte cuenta de toda la belleza que él ha puesto a tu alrededor?

Oración

Señor, purífícame, separa en mí la escoria de la maldad, la rebeldía, el pecado, y deja sólo el metal precioso de tu libertad, tu alegría, la confianza plena en ti y el amor. Yo, por mi parte, sigo ratificándote que te pertenezco y donde me envíes yo iré.

Acción

Hoy meditaré en los momentos difíciles de mi vida, y le daré gracias a Dios, consciente de que a través de ellos, él me ha formado y me ha purificado.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro.

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis Ciclo A – 2020, Conferencia Episcopal de Costa Rica