Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Lunes, 25 de abril de 2022.


Tiempo Litúrgico: Pascua - Semana II
   Color del día: Rojo.  


Primera Lectura
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pedro (5, 5-14)
Los saluda mi hijo Marcos.

Queridos hermanos: Que en su trato mutuo la humildad esté siempre presente, pues Dios es enemigo de los soberbios, y en cambio, a los humildes les concede su gracia. Humíllense, pues, ante la mano poderosa de Dios, para que él los levante y encumbre en el momento oportuno. Dejen en sus manos todas sus preocupaciones, pues él cuida de ustedes.

Estén alerta y no se dejen sorprender, porque su enemigo, el diablo, como un león rugiente, anda buscando a quien devorar. Resístanle con la firmeza de la fe, sabiendo que sus hermanos, dispersos por el mundo, soportan los mismos sufrimientos que ustedes.

Dios, que es la fuente de todos los bienes, nos ha llamado a participar de su gloria eterna en unión con Cristo, y después de estos sufrimientos tan breves, los restaurará a ustedes, los afianzará, fortalecerá y hará inconmovibles. Suyos son la gloria y el poder para siempre. Amén.

Por medio de Silvano, a quien considero hermano digno de toda confianza, les he escrito esta breve carta para que sepan cuál es la verdadera gracia de Dios y animarlos a permanecer firmes en ella.

Los saluda la comunidad de Babilonia, a la que Dios ha elegido, lo mismo que a ustedes. También los saluda mi hijo Marcos. Salúdense los unos a los otros con el beso fraterno. Les deseo la paz a todos ustedes, los que son de Cristo.

Salmo responsorial
(Sal 88, 2-3. 6-7. 16-17)
R/ Proclamaré sin cesar
la misericordia del Señor.
  • Proclamaré sin cesar la misericordia del Señor y daré a conocer que su fidelidad es eterna, pues el Señor ha dicho: “Mi amor es para siempre y mi lealtad, más firme que los cielos”. R.
  • El cielo, Señor, proclama tus maravillas, y tu lealtad, la asamblea de los santos. ¿Quién se compara a Dios sobre las nubes? ¿Quién es como el Señor entre los dioses? R.
  • Señor, feliz el pueblo que te alaba y que a tu luz camina, que en tu nombre se alegra a todas horas y al que llena de orgullo tu justicia. R.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (16, 15-20)
Prediquen el Evangelio a todas las creaturas.

En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura. El que crea y se bautice, se salvará; el que se resista a creer, será condenado. Estos son los milagros que acompañarán a los que hayan creído: arrojarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos, y si beben un veneno mortal, no les hará daño; impondrán las manos a los enfermos y éstos quedarán sanos”.

El Señor Jesús, después de hablarles, subió al cielo y está sentado a la derecha de Dios. Ellos fueron y proclamaron el Evangelio por todas partes, y el Señor actuaba con ellos y confirmaba su predicación con los milagros que hacían.

Reflexión especial

¿Continuidad o ruptura?

Por Comentarista 3 | lunes, 25 abril 2022 | Comentario a las Lecturas | Archidiócesis de Madrid

La última frase del evangelio de hoy parece avalar más bien la primera opción, entre la misión del Hijo de Dios y la de sus apóstoles se percibe claramente una sorprendente continuidad. “Y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.

Este es el papel de Marcos, cuya fiesta celebramos hoy unidos a toda la iglesia universal. Él era una especie de “notario” que acompañó a Pedro en los últimos años de su ministerio, probablemente en Roma, en la década de los 50, cosa que sabemos porque Papías, obispo de Hierápolis, lo presenta como el «intérprete de Pedro», dando a entender que el Evangelio según san Marcos contiene la genuina predicación del que fuera cabeza visible del primer colegio apostólico.

Él confirma que lo que Jesús había anunciado que sucedería, de hecho, sucedió tal y como se había predicho. Jesucristo, resucitado y vivo, era el que actuaba en las palabras y los gestos de los apóstoles, confiriéndoles su misma eficacia.

El Evangelio de ayer, domingo, terminaba con esta afirmación: “Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre”. Pienso que esa infinidad de signos que a su vez colmarían una infinidad de libros, verdaderos evangelios, son en número y en concreto tantos como creyentes que hay diseminados en el mundo entero. Porque cada uno de los fieles cristianos es en verdad un evangelio vivo que contiene una preciosa y larga lista de signos de salvación.

De hecho, el mandato está claro: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. el que crea y sea bautizado se salvará; el que no crea será condenado”. Por tanto, no es algo negociable, es una exhortación muy directa y clara: nuestra vocación es eminentemente misionera. Y para eso lo único realmente necesario es tener la experiencia personal de haber sido salvados y posteriormente elegidos como instrumentos de esa misma salvación.

“Os conviene que yo me vaya” leemos en el evangelio según san Juan. Pero… ¿alguien me lo explica? ¿cómo nos puede parecer algo positivo que Jesús se vaya? Evidentemente porque la manera de entender esa “ida” es completamente anómala. Se trata de que Jesús muriendo, resucitando y habiendo sido sentado a la derecha de Dios Padre, vive para siempre e intercede por nosotros. Ahora está inmediatamente presente en cada uno de los suyos, en cada uno de nosotros. Atrás queda la distancia que inevitablemente le separaba de nosotros y limitaba tanto la capacidad de encontrarnos con él. Ahora está dentro de nosotros, si le dejamos entrar.

«Os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, no vendrá a vosotros el Paráclito». Ahí está la razón profunda de esta conveniencia. El Espíritu Santo, auténtico protagonista de la vida de la iglesia naciente, es el que confiere a los apóstoles la capacidad para echar demonios, hablar lenguas nuevas, coger serpientes en sus manos y, beber su veneno mortal, sin que les haga daño. La capacidad de imponer las manos a los enfermos y que queden sanos.

Contemplemos hoy a Jesús, en su ascensión al cielo, sin añadir nada a la sobriedad del relato: fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Pero antes de esta auténtica celebración de su coronación y entronización, contemplemos también este envío como algo que recae ahora en nosotros, algo de lo que no tenemos escapatoria y que merece la pena vivir… en la salud y en la enfermedad… proclamad el Evangelio a todas las personas que salgan a vuestro encuentro y que. probablemente el único evangelio que puedan leer sea vuestra vida: el evangelio según “san tú”.

Oración

Señor, concédeme anunciar tu palabra con valor. Que tu gracia llegue hasta los que me rodean para que todos vean que eres grande y poderoso para curar sus vidas, que sea yo un signo para los demás, pero sobre todo, que sea un santo siervo tuyo, Jesús.

Acción

Hoy le hablaré a tres personas de la generosidad de Dios en mi vida.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Adaptado de:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa
Verificado en:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2021-2022, Conferencia Episcopal de Costa Rica