Cómo y por qué rezar la Coronilla de la Divina Misericordia. Oración para ser misericordiosos

Medalla de la Divina Misericordia. | Crédito: Pixabay / Dominio público.

5 y 6 de abril de 2024
Por Redacción Central y Por Abel Camasca | ACI Prensa

La Iglesia Católica reconoce la devoción de la Coronilla de la Divina Misericordia, pero su origen y cómo rezarla son desconocidos para muchos. En 1935, Jesús reveló a Santa Faustina Kowalska cómo rezarla.

¿Cómo rezar la Coronilla de la Divina Misericordia?

Cristo se dirigió entonces a Santa Faustina y le indicó que la “oración es para aplacar mi ira, la rezarás durante nueve días con un rosario común, del siguiente modo: primero rezarás una vez el Padre Nuestro y el Ave María y el Credo”.

“Después, en las cuentas correspondientes al Padre Nuestro, dirás las siguientes palabras: Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero”, continuó.

“En las cuentas del Ave María, dirás las siguientes palabras: Por su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Para terminar, dirás tres veces estas palabras: Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero”.

Generalmente, la Coronilla se concluye con la oración escrita en el diario de Santa Faustina Kowalsaka que dice: “Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una fuente de misericordia para nosotros, en ti confío”.

Las promesas de Cristo y el significado de la Coronilla de la Divina Misericordia

Con la difusión de la devoción al Señor de la Divina Misericordia, son muchos los fieles que rezan esta coronilla todos los días a las tres de la tarde, la “hora de la misericordia”, en recuerdo de la hora de la muerte del Señor.

Quienes rezan esta oración lo hacen confiados en la promesa de Cristo: “A las almas que recen esta Coronilla, mi misericordia las envolverá en la vida y especialmente a la hora de la muerte”.

En otra ocasión, la Divina Misericordia dijo a Santa Faustina: “Oh, qué gracias más grandes concederé a las almas que recen esta Coronilla”.

“Escribe: cuando recen esta Coronilla junto a los moribundos, me pondré entre el Padre y el alma agonizante, no como el Juez justo sino como el Salvador misericordioso”, dijo Jesús.

Aparición del Señor de la Divina Misericordia a Santa Faustina Kowalska | Crédito: Renata Sedmakova - Shutterstock

Oración escrita por Santa Faustina Kowalska para ser misericordiosos

"Oh Señor, deseo transformarme toda en Tu misericordia y ser un vivo reflejo de Ti. Que este supremo atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón al prójimo.

Ayúdame, oh Señor, a que mis ojos sean misericordiosos para que yo jamás recele o juzgue según las apariencias, sino que busque lo bello en el alma de mi prójimo y acuda a ayudarla.

Ayúdame, oh Señor, a que mis oídos sean misericordiosos para que tome en cuenta las necesidades de mi prójimo y no sea indiferente a sus penas y gemidos.

Ayúdame, oh Señor, a que mi lengua sea misericordiosa para que jamás hable negativamente de mis prójimos sino que tenga una palabra de consuelo y perdón para todos.

Ayúdame, oh Señor, a que mis manos sean misericordiosas y llenas de buenas obras para que sepa hacer sólo el bien a mi prójimo y cargue sobre mí las tareas más difíciles y más penosas.

Ayúdame, oh Señor, a que mis pies sean misericordiosos para que siempre me apresure a socorrer a mi prójimo, dominando mi propia fatiga y mi cansancio. (...)

Ayúdame, oh Señor, a que mi corazón sea misericordioso para que yo sienta todos los sufrimientos de mi prójimo (...)

Que Tu misericordia, oh Señor mío, repose dentro de mí".

Fuentes: