Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana II.
Color del día: Verde.
Memoria libre:
Antífona de entrada
Que se postre ante ti, oh, Dios, la tierra entera; que toquen en tu honor ; que toquen para tu nombre, oh, Altísimo.
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, que gobiernas a un tiempo cielo y tierra, escucha compasivo la oración de tu pueblo, y concede tu paz a nuestros días. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Tú eres sacerdote para siempre
según el rito de Melquisedec.
Lectura de la carta
a los Hebreos 7, 1-3. 15-17
Hermanos:
Melquisedec, rey de Salen, sacerdote del Dios altísimo, salió al encuentro de Abrahán cuando este regresaba de derrotar a los reyes, lo bendijo, y recibió de Abrahán el diezmo del botín.
Su nombre significa, en primer lugar, Rey de Justicia, y después, Rey de Salen, es decir, Rey de Paz.
Sin padre, sin madre, sin genealogía; no se menciona el principio de sus días ni el fin de su vida.
En virtud de esta semejanza con el Hijo de Dios, es sacerdote perpetuamente.
Y esto resulta mucho más evidente si surge otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, que no ha llegado a serlo en virtud de una legislación carnal, sino en fuerza de una vida imperecedera; pues está atestiguado: «Tú eres sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Jesucristo, en esta figura del Antiguo Testamento nos ilustra nuestro ser sacerdotal, el cual no nos viene por pertenecer a una orden (o a una tribu como en este caso) sino por la gracia conferida en el bautismo. En este texto nos muestra cómo, en fuerza a su bautismo, una de las acciones sacerdotales del cristiano consiste en establecer la paz.
Por ello, nuestra acción sacerdotal, a diferencia de las acciones sacerdotales del sacerdote "ministerial", es ser constructores de la paz, principalmente en nuestras familias y comunidades. Decimos que es una acción sacerdotal porque para poderla construir es necesario sacrificar algo.
El sacrificio que se necesita para llegar a establecer una paz verdadera y duradera es el sacrificio de nuestro egoísmo, de nuestro "YO". Es necesario morir a nosotros mismos y a nuestros gustos y placeres para que nuestra acción sacerdotal sea eficaz y traiga paz y alegría a nuestro mundo. Ejerce tu sacerdocio bautismal y conviértete en un auténtico constructor de la paz.
Salmo responsorial
Sal 109, 1. 2. 3. 4.
R. Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec.
- Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». R.
- Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.
- «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, desde el seno, antes de la aurora». R.
- El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec». R.
Aclamación antes del Evangelio
Cf. Mt 4, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Jesús proclamaba el evangelio del reino, y curaba toda dolencia del pueblo. R.
EVANGELIO
¿Está permitido en sábado salvarle
la vida a un hombre o dejarlo morir?
Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 3, 1-6
En aquel tiempo, Jesús entró otra vez en la sinagoga y había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Lo estaban observando, para ver si lo curaba en sábado y acusarlo.
Entonces le dice al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y ponte ahí en medio».
Y a ellos les pregunta: «¿Qué está permitido en sábado?, ¿hacer lo bueno o lo malo?, ¿salvarle la vida a un hombre o dejarlo morir?».
Ellos callaban. Echando en torno una mirada de ira y dolido por la dureza de su corazón, dice al hombre: «Extiende la mano».
Lo extendió y su mano quedó restablecida.
En cuanto salieron, los fariseos se confabularon con los herodianos para acabar con él.
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Si hay algo destructivo en este mundo y en nuestra vida, es la envidia. Y es que la envidia es capaz de cegar totalmente el corazón del hombre, llevándolo a cometer las más nefastas acciones. En el Génesis hemos visto que, por envidia, Caín mató a Abel.
La envidia de los fariseos será en gran parte la causa de la muerte de Jesús. Era tanta la dureza de su corazón, que el mismo Jesús se entristeció. No permitamos que la envidia se adueñe de nuestro corazón. Dios nos ha dado a cada uno, diferentes dones y carismas. Nuestro deber como cristianos es, no sólo respetarlos, sino buscar la manera de que éstos se desarrollen plenamente.
La envidia destruye, en cambio, la generosidad y la humildad construyen. Si vemos a alguno de nuestros hermanos triunfar, alegrémonos con él y ayudémosle a seguir adelante.
Antífona de comunión
Cf. Sal 22, 5
Preparas una mesa ante mi y mi cáliz glorioso rebosa.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Derrama, Señor, en nosotros tu Espíritu de caridad, para que hagas vivir concordes en el amor a quienes has saciado con el mismo pan del cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, hoy me uno a las palabras de tu siervo Francisco de Asís, a propósito de ser artífice de paz:
Señor, hazme un instrumento de tu paz; donde haya odio, ponga yo amor, donde haya ofensa, ponga yo perdón, donde haya discordia, ponga yo armonía, donde haya error, ponga yo verdad, donde haya duda, ponga yo la fe, donde haya desesperación, ponga yo esperanza, donde haya tinieblas, ponga yo la luz, donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Señor, que no me empeñe tanto en ser consolado como en consolar, en ser comprendido, como en comprender, en ser amado, como en amar; porque dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado, muriendo se resucita a la vida . Amén.
Acción
Hoy me acercaré de algún modo sencillo y con humildad a aquellas personas con las que por algún motivo no tengo una relación de paz y empezaré a dar pasos para conseguirla.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).