Crédito: Elaboración propia Ministerio Caminos de Fe
Tiempo Litúrgico: Navidad. Semana III.
Color del día: Blanco.
Solemnidad (en Roma): Epifanía del Señor.
Antífona de entrada
Nos ha amanecido un día sagrado: venid, naciones, adorad al Señor, porque una gran luz ha bajado a la tierra.
Oración colecta
Oh, Dios, cuyo ve4rbo eterno embelleció la faz del cielo y recibió de la Virgen María la fragilidad de nuestra carne, te pedimos que actúe con la plenitud de su poder para la redención del mundo aquel que apareció entre nosotros como esplendor de la verdad. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Examinad si los espíritus vienen de Dios
Lectura de la primera carta
del apóstol san Juan 3, 22 – 4, 6
Queridos hermanos:
Cuanto pidamos lo recibimos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.
Y este es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo, Jesucristo, y que nos amemos unos a otros, tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios, y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.
Queridos míos: no os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo.
En esto podréis conocer el Espíritu de Dios: todo espíritu que confiesa a Jesucristo venido en carne es de Dios; y todo espíritu que no confiesa a Jesús no es de Dios: es del Anticristo. El cual habéis oído que iba a venir; pues bien, ya está en el mundo.
Vosotros, hijos míos, sois de Dios y lo habéis vencido. Pues el que está en vosotros es más que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan según el mundo y el mundo los escucha. Nosotros somos de Dios. Quien conoce a Dios nos escucha, quien no es de Dios no nos escucha.
En esto conocemos el Espíritu de la verdad y el espíritu del error.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Si cumplimos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada, dice el apóstol, obtendremos de él todo lo que le pidamos. Al inicio de este año y en medio de una tremenda crisis global, estoy cierto de que todos nosotros hemos elevado al cielo una gran lista de peticiones, sobre todo, buscando la felicidad y estabilidad de nuestras familias, pidiendo la paz y seguridad para todos los nuestros; que haya salud y alegría en todas las personas que amamos.
Es, pues, hoy muy importante la cita de San Juan, pues nos dice que obtendremos TODO lo que pidamos, pero para ello es necesario que cumplamos sus mandamientos y que hagamos lo que le agrada. Estas dos condiciones son fundamentales, y es en donde debemos poner y centrar nuestra atención durante este año.
Jesús, al respecto decía a sus oyentes:" No se preocupen por lo que van a comer o con qué se van a vestir, busquen más bien el Reino de los cielos y todo lo demás vendrá por añadidura". No nos equivoquemos y estemos afanados y preocupados por la añadidura, esforcémonos en escudriñar la Escritura, sobre todo el Nuevo Testamento y a aplicarnos seriamente en vivirlo.
En el Salmo 127 dice el Señor que "él da de comer a sus amigos mientras duermen". Hagámonos, pues, amigos de Dios y Él procurará para nosotros todo lo que necesitemos.
Busquemos que este año sea, ante todo, un año en el que podamos profundizar en la oración, que no permitamos que nuestra agitada vida devore el espacio necesario para tener un momento de encuentro profundo con Aquel que puede darnos la paz y la felicidad. Busquemos en toda nuestra actividad diaria agradar a Dios y Él será la delicia de nuestro corazón.
Salmo responsorial
Sal 2, 7-8. 10-12a
R/ Te daré en herencia las naciones.
- Voy a proclamar el decreto del Señor; él me ha dicho: «Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy. Pídemelo: te daré en herencia las naciones; en posesión, los confines de la tierra». R/
- Y ahora, reyes, sed sensatos; escarmentad, los que regís la tierra: servid al Señor con temor, rendidle homenaje temblando. R/
Aclamación antes del Evangelio
Cf. Mt 4, 23
R/ Aleluya, aleluya
Jesús proclamaba el evangelio del reino, y curaba toda dolencia del pueblo. R/
EVANGELIO
Está cerca el reino de los cielos
Lectura del santo evangelio
según san Mateo 4, 12-17. 23-25
En aquel tiempo, al enterarse Jesús de que habían arrestado a Juan se retiró a Galilea.
Dejando Nazaret se estableció en Cafarnaún, junto al mar, en el territorio de Zabulón y Neftalí, para que se cumpliera lo dicho por medio del profeta Isaías: «Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló».
Desde entonces comenzó Jesús a predicar diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos».
Jesús recorría toda Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando el evangelio del reino y curando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Su fama se extendió por toda Siria y le traían todos los enfermos aquejados de toda clase de enfermedades y dolores, endemoniados, lunáticos y paralíticos. Y él los curó.
Y lo seguían multitudes venidas de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y Transjordania.
Reflexión sobre el Evangelio
Aunque acabamos de celebrar la navidad, la reflexión de la liturgia nos presenta al Jesús adulto que abandona su vida en Nazaret para comenzar con el ministerio de la predicación de la buena noticia del evangelio.
Jesús inicia su ministerio al estilo de los profetas del Antiguo Testamento, así lo indican el hecho de comenzar inmediatamente después de que Juan el Bautista es arrestado por Herodes Antipas, así como de llevar su ministerio al que antiguamente fuera el imperio del Norte, ahí donde habían florecido y predicado los grandes profetas.
Incluso su ministerio cumple una profecía: la Galilea de los paganos que habitaba en la oscuridad, vio la gran luz que llevó hasta sus tierras no un profeta, sino el mismo Hijo de Dios y su anuncio se encamina en una doble dirección: el cambio radical de vida para estar dispuestos a recibir el reino de Dios y la recepción de todos los enfermos que él curaba.
El cambio de vida es en orden a la fidelidad a Dios, pero encaminado a la apertura del hermano que sufre y, del que el enfermo, es el modelo por excelencia. El enfermo requiere ayuda, atención, cuidado, solidaridad, justicia, perdón, apertura, comprensión y es el modo en que los cristianos debemos comportarnos con todos, sólo así, nos hacemos aptos para la llegada del reino de Dios.
Antífona de comunión
Hemos contemplado su gloria: gloria como del Unigénito del Padre, lleno gracia y de verdad.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Concédenos, Dios todopoderoso, que, por la eficacia de estos santos misterios, se fortalezca constantemente nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, tú eres lo más importante para mí, y aunque todo se vea gris y alterado, estoy convencido de que por tu amor y tu tierno cuidado, siempre estás pendiente de mí.
Dame la oportunidad de encontrarte en el tiempo en que hago oración, pero también déjame descubrirte en lo cotidiano de mi vida, para poder descubrir cómo cumplir tus mandatos y hacer lo que te agrada.
Acción
Hoy consagraré una a una las áreas de mi vida, le diré a Jesús que todo le pertenece a él y le pediré que me enseñe a honrarlo con el modo en que administro cada cosa que me ha encargado.
Fuentes:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa, Frailes Dominicos de Oviedo.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).