Obispo señala 3 dimensiones para vivir en plenitud el Jubileo 2025

Los peregrinos pasan a través de la puerta santa de la Basílica de San Pablo Extramuros. | Crédito: Daniel Ibáñez - ACI Prensa

15 de enero de 2025
Por Julieta Villar | ACI Prensa

El Obispo de Formosa (Argentina), Mons. José Vicente Conejero Gallego, enumeró tres dimensiones para acentuar en el Jubileo 2025, las tres en sintonía también con el camino sinodal de la Iglesia.

En su editorial mensual en el periódico diocesano Peregrinamos, el prelado se refirió a las dimensiones trinitaria, escatológica y misionera.

Citando el lema del Jubileo, el obispo expresó: "Como 'Peregrinos de esperanza', siempre en marcha, caminamos juntos hacia la Casa del Padre Dios, para encontrarnos y experimentar su bondad y ternura, su infinita misericordia; gozar de la paz de su Hijo Jesucristo Resucitado y vivir eternamente en el amor, fruto que procede del Espíritu Santo".

1. La dimensión trinitaria

"Anhelamos este encuentro definitivo, y no solamente con el Dios Uno y Trino, sino entrando en comunión con la toda la Iglesia celestial; en primer lugar, con la gloriosa siempre Virgen María, también con el bienaventurado José, los bienaventurados apóstoles, los mártires y todos los santos".

2. La dimensión escatológica

"La dimensión escatológica de la Iglesia no la podemos obviar, sino que hemos de tenerla muy presente, ya que tanto la Iglesia peregrinante como la celestial están llamadas a la unión; y, tanto una como otra, forman la familia única de los hijos de Dios", subrayó.

3. La dimensión misionera

“Si bien la Iglesia celestial vive alabando, bendiciendo y glorificando a Dios; nosotros, los miembros de esta Iglesia peregrinante en la tierra, teniendo puesta nuestra mirada en los bienes celestiales, debemos aún ser misioneros", animó.

En ese sentido, puntualizó: "Tenemos la tarea de anunciar la Buena Noticia de la paz a todos los pueblos y naciones del mundo, evangelizando integralmente; es decir, siendo testigos de Jesús Resucitado, amando, sirviendo y dignificando a toda persona humana”.

“En concreto, nuestra misión consiste, ahora, en imitar el ejemplo de Cristo, siguiendo sus huellas, y pasar por este mundo como Él, haciendo el bien", sintetizó.

Este “triple acento” que propone para el año santo, afirmó, “está en plena sintonía con los objetivos del ser y el quehacer de la Iglesia Sinodal, en la que nos encontramos”.

Esos objetivos, señaló, son: “Fortalecer la comunión con Dios y con los hermanos, el llamado a una participación consciente y activa en los designios de Dios, conforme a los dones recibidos por el Espíritu Santo, y a ejercer la misión evangelizadora de la Iglesia hasta los confines de la tierra, para la gloria de Dios y la paz y felicidad de todas sus creaturas".

Finalmente, llamó a agradecer a Dios Padre "el don de la vida" y pedir su bendición, para obtener "la vida en abundancia y en plenitud, que nos vienen por medio de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor, y la paz y la alegría, frutos del Espíritu Santo; sin olvidar la intercesión de Santa María, Madre Dios, de san José y de todos los ángeles y santos".

Mons. José Vicente Conejero Gallego. Crédito: AICA.org

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