Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana V.
Color del día: Verde.
Memoria libre: Santa Eulalia, virgen y mártir.
Antífona de entrada
Sal 94, 6-7
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro amor.
Oración colecta
Protege, Señor, con amor continuo a tu familia, para que, al apoyarse en la sola esperanza de tu gracia del cielo, se sienta siempre fortalecida con tu protección. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
El Señor Dios tomó al hombre
y lo colocó en el jardín de Edén.
Lectura del libro
del Génesis 2, 4b-9. 15-17
El día en que el Señor Dios hizo tierra y cielo, no había aún matorrales en la tierra, ni brotaba hierba en el campo, porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra, ni había hombre que cultivase el suelo; pero un manantial salía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo.
Entonces el Señor Dios modeló al hombre del polvo del suelo e insufló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en ser vivo.
Luego el Señor Dios plantó un jardín en Edén, hacia Oriente, y colocó en él al hombre que había modelado.
El Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles hermosos para la vista y buenos para comer; además, el árbol de la vida en mitad del jardín, y el árbol del conocimiento del bien y el mal.
El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara.
El Señor Dios dio este mandato al hombre: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, pero del árbol del conocimiento del bien y el mal no comerás, porque el día en que comas de él, tendrás que morir».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
En este segundo relato de la creación, el autor sagrado nos presenta no sólo el dato de la creación del hombre, el cual recibe el "aliento divino" (imagen del ser semejante a Dios), sino que inicia la instrucción acerca de la obediencia que el hombre debe tener a Dios.
Es importante notar cómo Dios le da al hombre TODO, excepto un árbol. Por otro lado, vemos que Dios no le prohíbe comer de ese árbol, solo porque a Dios se le antoja, sino que sabe que el día que coma "morirá sin remedio". Todos los mandamientos de Dios tienen detrás suyo el amor de Dios por nosotros que busca que no nos dañemos, y no una voluntad egoísta.
Cuando nosotros desobedecemos a Dios nos lastimamos profundamente, algo dentro de nosotros sangra y puede llegar hasta morir. Aprendamos a tenerle confianza a Dios pues, si él dice que moriremos es porque así será. Evitar el pecado y obedecer a Dios al único que beneficia es a mí. Aprendamos a obedecer, pues en la obediencia está la verdadera felicidad.
Salmo responsorial
Sal 103, 1-2a. 27-28. 29be-30
R. ¡Bendice, alma mía, al Señor!
- Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. R.
- Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes. R.
- Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. R.
Aclamación antes del Evangelio
Cf. Jn 17, 17b. a
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es verdad; santifícanos en la verdad. R.
EVANGELIO
Lo que sale de dentro
es lo que hace impuro al hombre.
Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 7, 14-23
En aquel tiempo, llamó. Jesús de nuevo a la gente y les dijo: «Escuchad y entended todos: nada que entre de fuera puede hacer al hombre impuro; lo que sale de dentro es lo que hace impuro al hombre».
Cuando dejó a la gente y entró en casa, le pidieron sus discípulos que les explicara la parábola.
Él les dijo: «¿También vosotros seguís sin entender? ¿No comprendéis? Nada que entre de fuera puede hacer impuro al hombre, porque no entra en el corazón sino en el vientre y se echa en la letrina».
(Con esto declaraba puros todos los alimentos).
Y siguió: «Lo que sale de dentro, eso sí hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen los pensamientos perversos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios, codicias, malicias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo, frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre impuro».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Jesús continúa insistiendo en lo que es verdaderamente importante para la vida del hombre. Lo exterior es importante, pero lo es más el interior. Ahora bien, ¿qué es lo que sale del hombre?
En otra ocasión dijo Jesús: "De la boca sale lo que abunda en el corazón" y además: "El árbol bueno no puede dar frutos malos". Con esta instrucción no sólo declara lícitos todos los alimentos, sino que nos previene del tipo de alimentos que verdaderamente pueden dañar al hombre, y son aquellos con los que alimentamos nuestro corazón (es decir, nuestra imaginación, pensamiento, memoria, sentimientos).
Por ello tengamos cuidado del tipo de espectáculos, revistas y programas de televisión que vemos, de nuestras conversaciones. Sería bueno que hoy nos preguntásemos qué tipo de alimentos estamos dejando entrar en nuestro corazón.
Antífona de comunión
Sal 106, 8-9
Den gracias al Señor por su misericordia, por las maravillas que hace con los hombres. Calmó el ansia de los sedientos y a los hambrientos los colmó de bienes.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Oh, Dios, que has querido hacernos partícipes de un mismo pan y de un mismo cáliz, concédenos vivir de tal modo que, unidos en Cristo, fructifiquemos con gozo para la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, gracias por tus mandamientos, gracias porque siempre buscas guardarme de aquello que me hace mal. Dios mío, en tu nombre rechazo el pecado y, junto con él, la muerte que produce, en cambio, Señor, sigue soplando sobre mí tu aliento de vida, vivifica todo mi ser hasta ser realmente la persona que pensaste mientras me moldeabas con tus manos.
Acción
Hoy meditaré en cómo las situaciones de pecado que aún no puedo dejar y tomaré medidas para elegir siempre la vida de fidelidad a Dios.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).