Captura de pantalla video Ángelus Papa León XIV
22 de junio de 2025
Por Victoria Cardiel | ACI Prensa
En la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en la que la Iglesia Católica celebra la presencia real de Jesús en la Eucaristía, el Papa León XIV aseguró que los dones de Dios “crecen cuanto más se comparten”.
Ante los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro para escuchar el Ángelus, el Santo Padre centró su mensaje en el significado profundo de la Eucaristía y en el valor del compartir. Comentando el Evangelio del día, que relata el milagro de los panes y los peces (cf. Lc 9,11-17), el Pontífice afirmó que “los dones de Dios, incluso los más pequeños, crecen cuanto más se comparten”.
Así, explicó que “el milagro, más allá del prodigio, es un signo” que remite a una realidad más profunda. “En la raíz de todo compartir humano hay uno más grande que lo precede: el de Dios hacia nosotros”, señaló.
“Él, el Creador, que nos dio la vida, para salvarnos pidió a una de sus criaturas que fuera su Madre, para asumir un cuerpo frágil, limitado, mortal, como el nuestro”, recordó el Santo Padre.
Del mismo modo, destacó que Dios elegido compartir “hasta sus últimas consecuencias” la pobreza de los hombres, “eligiendo valerse, para redimirnos, precisamente de lo poco que podíamos ofrecerle”.
Refiriéndose al misterio eucarístico, señaló que “en la Eucaristía, entre nosotros y Dios, sucede precisamente esto: el Señor acoge, santifica y bendice el pan y el vino que ponemos en el altar, junto con la ofrenda de nuestra vida, y los transforma en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, sacrificio de amor para la salvación del mundo”.
“Dios se une a nosotros acogiendo con alegría lo que le presentamos y nos invita a unirnos a Él recibiendo y compartiendo con igual alegría su don de amor”, añadió.
León XIV citó a san Agustín para subrayar el sentido comunitario de este sacramento: “Como el conjunto de muchos granos se ha transformado en un solo pan, así en la concordia de la caridad se forma un solo cuerpo de Cristo”.
Al final del Ángelus, el Papa recordó la procesión que lo llevará hasta la Basílica de Santa María la Mayor, prevista tras la celebración a las 17:00 (hora local) de la la Misa en la Basílica de San Juan de Letrán, la catedral del Papa como Obispo de Roma: “Celebraremos juntos la Santa Misa y luego nos pondremos en camino, llevando el Santísimo Sacramento por las calles de nuestra ciudad”.
“Cantaremos, rezaremos y, finalmente, nos reuniremos en la Basílica de Santa María la Mayor para implorar la bendición del Señor sobre nuestros hogares, nuestras familias y toda la humanidad”, anunció.
Concluyó su reflexión invitando a los fieles a dejarse transformar por la Eucaristía: “Que esta celebración sea un signo luminoso de nuestro compromiso de ser cada día portadores de comunión y paz los unos para los otros, en el compartir y en la caridad”.
Cientos de fieles acuden al rezo mariano del Ángelus presidido por el Papa León XIV. (@Vatican Media en Vatican News)
Tensión en Medio Oriente: “La humanidad grita e invoca la paz”
Tras el rezo del Ángelus, el Papa León XIV expresó su profunda preocupación por la creciente tensión en Medio Oriente, con especial atención a la situación en Irán. “Llegan noticias alarmantes desde Oriente Medio, especialmente desde Irán”, advirtió el Pontífice al comienzo de su mensaje.
Sus declaraciones llegan poco después de que se produjeran los primeros bombardeos estadounidenses este fin de semana a varias instalaciones nucleares iraníes, tras más de 45 años de contención en las tensas relaciones entre Washington y Teherán.
Los ataques han agravado el conflicto entre Israel e Irán. De hecho, el Papa enmarcó estos acontecimientos dentro del contexto más amplio de los conflictos en la región: “En este escenario dramático, que incluye a Israel y Palestina, corre el riesgo de caer en el olvido el sufrimiento cotidiano de la población, especialmente en Gaza y en los demás territorios, donde la urgencia de un adecuado apoyo humanitario se hace cada vez más apremiante”.
León XIV renovó su llamado para que se ponga fin al conflicto subrayando que “hoy más que nunca, la humanidad grita e invoca la paz”. Este clamor, dijo, “es un grito que exige responsabilidad y razón, y no debe ser sofocado por el estruendo de las armas ni por palabras retóricas que incitan al conflicto”.
En ese contexto, el Santo Padre reclamó el compromiso activo de todos los actores internacionales: “Cada miembro de la comunidad internacional tiene una responsabilidad moral: detener la tragedia de la guerra antes de que se convierta en un abismo irreparable”.
Con firmeza, recordó que “no existen conflictos lejanos cuando la dignidad humana está en juego”. Y añadió: “La guerra no resuelve los problemas, al contrario, los amplifica y produce heridas profundas en la historia de los pueblos, que tardan generaciones en cicatrizar”.
El Papa también evocó las consecuencias humanas más desgarradoras de la violencia: “Ninguna victoria armada podrá compensar el dolor de las madres, el miedo de los niños y el futuro robado”.
Finalmente, renovó su llamamiento a la diplomacia y al compromiso por la paz: “Que la diplomacia haga callar las armas, que las naciones tracen su futuro con obras de paz, no con la violencia y los conflictos sangrientos”.
Rezo del ángelus del Papa León XIV | 22 de junio del 2025. Crédito: ACI Prensa
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