Benedicto XVI y el amor de Dios con su Iglesia


Comentario de Rodolfo Álvarez acerca de la renuncia del Papa Benedicto XVI

Hoy en día, la sociedad se basa en la evolución del pensamiento humano. Se piensa que solo puede ser analizada y utilizada la racionalidad. La fe se deja a un lado y los hechos humanos explican lo que sea necesario. Se crea un acoplamiento a las teorías científicas, apegándose a las necesidades y conveniencias humanas. Se olvida que existe el amor, ese sentimiento intangible se solo se puede sentir. De la misma manera nos sucede con Dios. No es ALGO para explicar sino para sentir y disfrutar.

El Papa nos ha demostrado con su decisión, que todavía existe el suficiente amor como para tomar decisiones que por más que nos duelan, serán las correctas, pero sobre todo, obra de Dios. Serán el camino que nos lleve a encontrar su misericordia. En tiempos de crisis para la fe de la sociedad, es un momento oportuno para preguntarnos: ¿Tengo fe en Dios? ¿Será que cuando inicie la tormenta estaré con ÉL? ¿Después de la tormenta estaré con ÉL?

La renuncia del Papa no es una tragedia, sino una oportunidad de mejora en medio de la tempestad. Lo que debemos hacer es orar y orar. Pero sobre todo, tener fe. Dejar que Dios guíe nuestro camino, dejar que Dios guíe nuestra iglesia, dejar que Dios viva en nosotros. Dejémonos amar por ÉL y sintamos su gloria y amor. Pidamos a Dios para que el ser humano tenga la suficiente sabiduría para renunciar a eso que no podemos darle continuidad y dejarnos guiar por nuestro Señor.