Laico que rechazó obedecer a Hitler es reconocido mártir por el Papa Francisco


VATICANO, 08 Jul. 16 / 12:17 pm (ACI/EWTN Noticias).- La Santa Sede informó que el Papa Francisco recibió en audiencia al Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, Cardenal Angelo Amato, y aprobó la promulgación de los decretos que reconocen un milagro, las virtudes heroicas de seis siervos de Dios y dos causas de martirio, una de estas es del laico italiano Jozef Mayr-Nusser, enviado al campo de concentración de Dachau por negarse a jurar lealtad a Adolfo Hitler.

Jozef Mayr-Nusser nació en Bolzano (Italia), el 27 de diciembre de 1910 en una familia de campesinos profundamente cristianos. Se casó a los 22 años y tuvo un hijo. Entre sus lecturas favoritas estaban las obras de Santo Tomás Moro, Santo Tomás de Aquino y de Frederic Ozanam, así como la vida de San Vicente de Paúl.

A los 22 años se unió a la Sociedad de San Vicente de Paúl y a la organización internacional de voluntarios católicos dedicada a servir a los pobres y necesitados, en un esfuerzo por imitar la caridad del santo.

Además se involucró en la Acción Católica y llegó a ser líder en la Diócesis de Trento en 1934. En 1937 llegó a ser presidente de la sucursal de la Sociedad de San Vicente de Paúl en Bolzano.

Dos años después estalló la Segunda Guerra Mundial. Mayr-Nusser no perdió tiempo en formar parte del movimiento anti-nazi "Andreas Hofer Bund".

Hoy, dijo, “dar testimonio es nuestra única arma eficaz” y se debe mostrar a todos que “el único jefe que tiene derecho a una completa e ilimitada autoridad y a ser nuestro ‘conductor’ es Cristo”, señaló en referencia a la también aparición del fascismo en Europa.

Sin embargo, en 1943 Italia se sumió en una guerra civil tras la breve detención de Benito Mussolini. En este contexto, los alemanes invadieron la parte norte del país. Los nazis establecieron el “Schutzstaffel” o “escuadrón protector”, comúnmente conocido como las “SS”. Jozef fue forzado en 1944 a unirse a las “SS”.

En una carta a su esposa, Jozef escribe: “Reza por mí, para que en la hora de la prueba pueda actuar sin indecisiones según el dictamen de Dios y de mi conciencia (…) tú eres una mujer valiente y ni siquiera los sacrificios personales que quizá te sean exigidos podrán endurecerte y condenar a tu marido porque prefirió perder la vida antes que abandonar el camino del deber”.

Así, al momento del juramento de lealtad a Hitler, Jozef se negó. De acuerdo a un testigo, Jozef estaba "pensativo y preocupado", pero con "voz fuerte" respondió al general que "no puedo hacer un juramento a Hitler en el nombre de Dios. No puedo hacerlo porque mi fe y la conciencia no lo permiten".

Por ello fue apresado y condenado en 1945 a morir por traición. Fue enviado en tren al campo de concentración de Dachau (Alemania), donde debía ser fusilado.

Sin embargo, durante el viaje se enfermó de disentería y murió el 24 de febrero de 1945 a los 34 años de edad, antes de llegar a Dachau. Cuando encontraron su cuerpo, Jozef tenía una Biblia y un rosario.

Los otros decretos

Los otros decretos aprobados por el Papa Francisco son:

Un milagro atribuido a la intercesión del Venerable Siervo de Dios Louis-Antoine Rose Ormières, sacerdote francés, fundador de la Congregación de las Hermanas del Santo Ángel de la Guardia (1809-1890).

El martirio de los siervos de Dios Antonio Arribas Hortigüela (español) y 6 compañeros, misioneros del Sagrado Corazón; asesinados por odio a la fe el 29 de Septiembre de 1936 durante la Guerra Civil española.

Además están los decretos que reconocen las virtudes heroicas de los siervos de Dios Alfonso Gallegos (1931- 1991), de la Orden de los Agustinos Recoletos y Obispo Auxiliar de Sacramento (Estados Unidos); del sacerdote español Rafael Sánchez García (1911 -1973); del laico profeso español de la Orden de los Frailes Menores, Andrés Filomeno García Acosta (1800 – 1853).

También están las virtudes heroicas de los siervos de Dios Giuseppe Marchetti, sacerdote profeso italiano de la congregación de los Misioneros de San Carlos (1869 -1896); de Giacomo Viale, sacerdote profeso italiano de la Orden de los Hermanos Menores (1830- 1912); y de María Pía de la Cruz, religiosa italiana fundadora de la Congregación de las Hermanas Crucificadas Adoradoras de la Eucaristía (1847 -1919).

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