Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Viernes 1 de marzo de 2019.


Tiempo Litúrgico: Ordinario 
   Color del día: Verde   

Santoral:

Primera Lectura
Lectura del libro del
Eclesiástico (Sirácide) (6, 5-17)
El amigo fiel no tiene precio.

Las palabras amistosas multiplican el número de amigos, los labios amables aumentan los saludos. Es bueno que te saluden muchos; pero que uno solo entre mil sea tu amigo íntimo. Cuando hagas una nueva amistad, vete con tiento; no te le confíes tan fácilmente, pues hay amigos que lo son por conveniencia y no son fieles en el día de la desgracia. Hay amigos que se vuelven enemigos y descubren con afrenta los motivos del pleito.

Hay amigos que te acompañan a comer, pero nunca se aparecen en la hora de las penas: cuando te va bien, están contigo, cuando te va mal, huyen de ti; si te ocurre una desgracia, cambian de actitud y se esconden de tu vista. Aléjate de tus enemigos y sé precavido con tus amigos.

El amigo fiel es un refugio que da seguridad; el que lo encuentra, ha encontrado un tesoro. El amigo fiel no tiene precio: ningún dinero ajusta para comprarlo. El amigo fiel es un tónico de vida. Los que aman al Señor lo encontrarán; el que teme al Señor sabe ser fiel amigo y hace a sus amigos como él.

Reflexión sobre la Primera Lectura

La amistad es un don de Dios, es la capacidad de verse reflejado en el alma de otro ser humano, con quien consigo una afinidad e intimidad que me permite crecer siendo yo mismo, sin temor a ser rechazado o despreciado.

Pero la amistad supone un trato humilde y sencillo con los demás, un trato fino que comienza con la manera de hablar a los demás. Si soy atento y respetuoso con los otros, puedo tener la certeza de que ese respeto puede acabar en amistad; cualquier falta de tacto o respeto para con los demás puede conducir a la enemistad o a perder al amigo que he ganado. 

El escritor sagrado habla de la amistad que brota de la conveniencia, la búsqueda de ganancias o el bien que alguien pueda obtener del otro. Pero la auténtica amistad consiste en ser remanso para la nave del amigo que ha sido zarandeada por las vicisitudes de la vida. Y el amigo por excelencia es Jesús.

Salmo responsorial:
(Sal 118, 12 y 16. 18 y 27. 34-35)
R/ Señor, guíame por la senda de tu ley. 
  • Señor, bendito seas; enséñame tus leyes. En tus preceptos tengo mis delicias, jamás me olvidaré de tus palabras. R. 
  • Ábreme los ojos para ver las maravillas de tu voluntad. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. R. 
  • Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. R.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (10, 1-12)
Lo que Dios unió, que no lo separe el hombre.

En aquel tiempo, se fue Jesús al territorio de Judea y Transjordania, y de nuevo se le fue acercando la gente; él los estuvo enseñando, como era su costumbre. Se acercaron también unos fariseos y le preguntaron, para ponerlo a prueba: “¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su esposa?”

El les respondió: “¿Qué les prescribió Moisés?” Ellos contestaron: “Moisés nos permitió el divorcio mediante la entrega de un acta de divorcio a la esposa”. Jesús les dijo: “Moisés prescribió esto, debido a la dureza del corazón de ustedes. Pero desde el principio, al crearlos, Dios los hizo hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa y serán los dos una sola cosa. De modo que ya no son dos, sino una sola cosa. Por eso, lo que Dios unió, que no lo separe el hombre”.

Ya en casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre el asunto. Jesús les dijo: “Si uno se divorcia de su esposa y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio”.

Reflexión sobre el Evangelio

La respuesta de Jesús es categórica y no nos deja lugar a dudas de cuál es el proyecto de Dios para el hombre: "Unirse a su mujer y de esta manera ser una sola cosa con ella". Sin embargo, en medio de este mundo lleno de confusiones y de antivalores en el que la vida espiritual y el proyecto de Dios tienen poca importancia, es fácil no darnos cuenta de que, es precisamente en este proyecto, en el que el hombre y la mujer alcanzan la plenitud y, con ello, la felicidad en la paz. 

Esto va haciendo que el sacramento del matrimonio se minusvalore y lamentablemente, vemos que muchos jóvenes se casan y no son capaces de luchar por su matrimonio. En la cultura del: "Úsese y tírese", son muchos los que prefieren terminar con el compromiso y la alianza hecha ante Dios que luchar, usando el poder de Dios, para llevar adelante el proyecto de vida que se habían trazado. 

No permitas que esto pase en tu vida. Si aún no has escogido o encontrado la persona que Dios pensó para tu felicidad, no te apresures, y sobre todo, deja que las cosas maduren de manera que la decisión del matrimonio sea algo que brota del corazón. Si ya estás casado, no te alejes de la gracia y podrás realizar un matrimonio lleno de alegría, para toda la vida.

Oración

Señor Jesús, que llevaste tu amor y amistad por nosotros hasta el grado de dar la vida en la cruz para que obtuviéramos una vida plena al lado de tu Padre bueno, haz que seamos agradecidos contigo por todos los bienes que nos has dado a lo largo de nuestra vida, para que a imagen tuya, seamos amigos auténticos hasta el grado de dar la vida por quienes nos rodean. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Acción

El día de hoy daré mi vida por mis seres amados, siendo atento con ellos, dedicándoles mi tiempo y mis dones.

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. 
Como María, todo por Jesús y para Jesús. 

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de: 
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa 
Verificado en: 
Ordo Temporis Ciclo C - 2019, Conferencia Episcopal de Costa Rica