Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones – Lunes 4 de noviembre de 2019.


Tiempo Litúrgico: Ordinario, Semana XXXI
   Color del día: Blanco   

Memoria obligatoria:

Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los romanos (11, 30-36)
Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia.

Hermanos: Así como ustedes antes eran rebeldes contra Dios y ahora han alcanzado su misericordia con ocasión de la rebeldía de los judíos, en la misma forma, los judíos, que ahora son los rebeldes y que fueron la ocasión de que ustedes alcanzaran la misericordia de Dios, también ellos la alcanzarán. En efecto, Dios ha permitido que todos cayéramos en la rebeldía, para manifestarnos a todos su misericordia.

¡Qué inmensa y rica es la sabiduría y la ciencia de Dios! ¡Qué impenetrables son sus designios e incomprensibles sus caminos! ¿Quién ha conocido jamás el pensamiento del Señor o ha llegado a ser su consejero? ¿Quién ha podido darle algo primero, para que Dios se lo tenga que pagar? En efecto, todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él. A él la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

Reflexión sobre la Primera Lectura

Cuando el hombre se aparta de Dios lo que hace es privarse del amor que viene de ÉL, del mismo modo que quien se aleja de la luz se acerca a la oscuridad o quien se aleja del calor se invade de frío.

Por lo tanto, no es que Dios nos castigue, sino que la misma lejanía de Dios es lo que nos pone en una situación que nos hiere o lastima; sin embargo, Dios nunca deja de llamarnos a su lado mediante su perdón y misericordia porque ÉL nunca se arrepiente de cuanto tiene preparado para nosotros.

Es cierto que no podemos pretender que Dios se justifique delante de nosotros o que nos dé una explicación de su modo de obrar como alguna vez lo pretendiera Job, sino que hemos de actuar como JESÚS que se abandona totalmente a su Padre sabiendo que ÉL nunca lo deja u olvida.

Dios nos ha creado para que estemos a su lado y esa es la vocación a la que todos estamos llamados. Por eso Israel y la iglesia siempre han confesado que Dios es fiel por todas las edades.

Salmo responsorial
(Sal 68, 30-31. 33-34. 36-37)
R/ A ti, Señor, elevo mi plegaria. 
  • Mírame, Señor, enfermo y afligido; defiéndeme y ayúdame, Dios mío. En mi cantar exaltaré tu nombre, proclamaré tu gloria, agradecido. R. 
  • Se alegrarán al verlo los que sufren; quienes buscan a Dios tendrán más ánimo, porque el Señor jamás desoye al pobre, ni olvida al que se encuentra encadenado. R. 
  • Ciertamente el Señor salvará a Sión, reconstruirá a Judá; la heredarán los hijos de sus siervos, quienes aman a Dios la habitarán. R.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (14, 12-14)
No invites a tus amigos, sino a los pobres.

En aquel tiempo, Jesús dijo al jefe de los fariseos que lo había invitado a comer: “Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a los vecinos ricos; porque puede ser que ellos te inviten a su vez, y con eso quedarías recompensado.

Al contrario, cuando des un banquete, invita a los pobres, a los lisiados, a los cojos y a los ciegos; y así serás dichoso, porque ellos no tienen con qué pagarte; pero ya se te pagará, cuando resuciten los justos”.

Reflexión sobre el Evangelio

Con este pasaje de la Escritura, Jesús nos invita a poner nuestros ojos en tantos hermanos nuestros que necesitan de nuestra comprensión y de nuestra amistad, de ser reconocidos como personas y no como objetos. Nuestro mundo nos empuja a la superficialidad.

Todos los días en los cruceros de las calles nos encontramos con niños, jóvenes e incluso adultos que buscan, más que nuestro dinero -el cual puede ser mal usado-, nuestra amistad y comprensión. Hombres y mujeres que para la generalidad de los ciudadanos, no son otra cosa que "una molestia". Para el cristiano, ellos son los sujetos de nuestro amor, de nuestra compasión.

No basta sacar una moneda para con ello tranquilizar nuestras conciencias, es necesario, como nos lo dice hoy el Evangelio, hacer algo más. Pensemos, según nuestros dones y carismas, ¿qué podríamos hacer en concreto con nuestros hermanos necesitados?

Oración

Padre lleno de bondad, que nunca te arrepientes de llamarnos a la vida plena junto a ti sino que eres fiel a tus promesas por puro amor a nosotros, haz que atentos a tu llamado seamos dóciles a las mociones de tu Espíritu y permanezcamos firmes en el seguimiento de tu Hijo para gozar un día del cielo que nos has ofrecido. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Acción

Me abandonaré a la misericordia de Dios diciendo en los momentos difíciles: "Padre, me pongo en tus manos".

Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.

Pbro. Ernesto María Caro

Adaptado de: 
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), Catholic.net, ACI Prensa 
Verificado en: 
Ordo Temporis Ciclo C - 2019, Conferencia Episcopal de Costa Rica