Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Jueves, 12 de diciembre de 2024.


Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana II.
   Color del día: Blanco.  

Fiesta:

Antífona de entrada

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.


Oración colecta

Oh, Dios, Padre de las misericordias, que pusiste a tu pueblo tuyo bajo el singular patrocinio de la santísima Madre de tu Hijo, concede a cuantos te invocan con el título de Guadalupe, que busquen con fe decidida el progreso de los pueblos por los caminos de la justicia y de la paz. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Mirad: la virgen está encinta.

Lectura del libro de Isaías
7, 10-14; 8, 10b

En aquellos días, el Señor hablo a Ajaz y le dijo: "Pide un signo al Señor, tu Dios: en lo hondo del abismo o en lo alto del cielo".

Respondió Ajaz: "No lo pido, no quiero tentar al Señor".

Entonces dijo Isaías: "Escucha casa de David: ¿no os basta cansar a los hombres, que cansaís incluso a mi Dios? Pues el Señor, por su cuenta, os dará un signo.

Mirad: la virgen está encinta y da a luz un hijo, y le pondrá por nombre Emmanuel, porque con nosotros está Dios".

Reflexión sobre la Primera Lectura

Esta profecía mesiánica surge en el contexto en el cual, el pueblo de Israel, temeroso ante la proximidad de una invasión, se siente tentado a recurrir a Asiria para que lo salve.

Es aquí que Dios les recuerda que su único salvador es él y que, como prueba de su presencia y su poder, les dará una señal para que ya no duden y confíen plenamente en él. Esta señal vendrá a convertirse precisamente en la llegada del Mesías, que es Dios-con-nosotros.

El pueblo quizás no imaginó la profundidad de estas palabras, las cuales quedaron aún lejos de iluminar la realidad que Dios tenía pensada para la salvación del pueblo, pues si bien la Encarnación del Verbo realizó el cumplimiento de la profecía, el envío del Espíritu Santo, producto de este proyecto salvífico, hizo que Dios sea ahora Dios-en-nosotros.

Hazte, pues, consciente de que Dios es-en-ti, y que desde tu corazón busca iluminar y salvar a toda la humanidad.

Salmo responsorial
Sal 66, 2-3. 5. 7-8

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
  • Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R.
  • Que canten de alegría las naciones, porque riges al mundo con justicia y gobiernas las naciones de la tierra. R.
  • La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga, que le teman todos los confines de la tierra. R.

Aclamación antes del Evangelio
Cf. Lc 1, 45

R. Aleluya, aleluya.
Bienaventurada tú, que has creído, Virgen María, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. R.

EVANGELIO
No ha nacido uno más grande que Juan el Bautista

Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 1, 39-47

En aquellos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el salido de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! 

¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Pues, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Bienaventurada la que ha creído, porque lo que le ha dicho el Señor se cumplirá"

María dijo: "Proclama mi alma la grandez del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador".

Reflexión sobre el Evangelio

Una de las actitudes constantes en la vida de María es su servicio. Ya desde el evangelio, en el pasaje que hoy nos propone la liturgia, María se presenta como la servidora, la que está siempre atenta a las necesidades del prójimo.

Desde que Jesús nos la dejó como Madre, ella, con gran amor y diligencia, continúa realizando esta acción de amor con sus hijos. Cuando María de Guadalupe aparece, viene a darle nuevas fuerzas a un pueblo que se encuentra en crisis después de la caída del Imperio Azteca.

Las palabras que dijo a Juan Diego son el signo, y a la vez promesa perenne, que nos ayudan a confiar en ella y en su poderosa intercesión: "Por qué temes, ¿no estoy yo aquí que soy tu Madre?".

Por un lado quisiera hoy invitarte a crecer en esta confianza amorosa a nuestra Madre Santísima, y por otro lado, adoptar esta actitud de servicio característico de María. A María Santísima le gusta ser venerada y amada, pero mucho más le gusta ser imitada.

Antífona de la Comunión

No ha hecho nada semejante con ningún otro pueblo; a ninguno le ha manifestado tan claramente su amor.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la Comunión

Que el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, que acabamos de recibir en este sacramento, nos ayuden, Señor, por intercesión de santa María de Guadalupe, a reconocernos y amarnos todos como verdaderos hermanos. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Señor, que mi ser lleno de tu presencia sirva para que ilumines al mundo y lo lleves hasta la plenitud de tu amor, yo te ratifico mi disposición de ser tu instrumento; úsame como quieras, Señor, y santifícame.

Acción

Este día seré muy consciente de que mi ser es el ser de Cristo, y haré todas las cosas como él las haría.

Fuentes:
Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).