Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana III.
Color del día: Morado.
Memoria libre: San Lázaro de Betania.
Oración colecta
Oh, Dios, creador y redentor de la naturaleza humana, que has querido que tu Verbo se encarnase en el seno de María, siempre virgen, escucha complacido nuestras súplicas, para que tu Unigénito, hecho hombre, nos haga partícipes de su divinidad. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
No se apartará de Judá el cetro
Lectura del libro del Génesis
49. 1-2. 8-10
En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: «Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre.
Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo?
No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Toda la historia del pueblo de Israel estaba centrada en la promesa del Mesías, el cual reinaría eternamente y a quien todos los pueblos rendirían honor y obediencia. Esta promesa se ha realizado de manera definitiva en Cristo por lo que él debe reinar, no solo sobre las naciones, sino en cada uno de los corazones.
Al iniciar la etapa final de nuestra preparación para la fiesta de la Navidad, la liturgia nos invita a revisar si verdaderamente Jesús es ya una realidad en nuestra vida. Si esto es así, convendría preguntarnos si efectivamente él reina en todas las áreas de nuestra vida y si su palabra es considerada siempre como la palabra de un Rey.
Solo si Dios reina en tu vida y en tu corazón, la paz y la salvación ofrecidas por Dios para su pueblo serán una realidad en tu corazón. Dale a Jesús el “cetro” de tu vida y serás verdaderamente feliz.
Salmo responsorial
Sal 71, 1-2. 3-4ab. 7-8. 17
R. En sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente.
- Dios mío, confía tu juicio al rey, tu justicia al hijo de reyes, para que rija a tu pueblo con justicia, a tus humildes con rectitud. R.
- Que los montes traigan paz, y los collados justicia; defienda a los humildes del pueblo, socorra a los hijos del poder. R.
- En sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna; domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R.
- Que su nombre sea eterno, y su fama dure como el sol; él sea la bendición de todos los pueblos, y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Sabiduría del Altísimo, que lo dispones todo con firmeza y suavidad, ven para mostrarnos el camino de la prudencia. R.
EVANGELIO
Genealogía de Jesucristo, hijo de David
Lectura del santo Evangelio
según san Mateo 1, 1- 17
Libro del origen de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán.
Abrahán engendró a Isaac, Isaac engendró a Jacob, Jacob engendró a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés engendró a Esrón, Esrón engendró a Arán, Arán engendró a Aminadab, Aminadab engendró a Naasón, Naasón engendró a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed engendró a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón engendró a Roboán, Roboán engendró a Abías, Abías engendró a Asaf, Asaf engendró a Josafat, Josafat engendró a Jorán, Jorán engendró a Ozías, Ozías engendró a Joatán, Joatán engendró a Acaz, Acaz engendró a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés engendró a Amós, Amós engendró a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia.
Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel engendró a Zorobabel, Zorobabel engendró a Abiud, Abiud engendró a Eliaquín, Eliaquín engendró a Azor, Azor engendró a Sadoc, Sadoc engendró a Aquín, Aquín engendró a Eliud, Eliud engendró a Eleazar, Eleazar engendró a Matán, Matán engendró a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Cristo catorce.
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
San Mateo inicia su Evangelio con la Genealogía de Cristo para indicarnos que él es el Mesías anunciado desde Abraham y que es verdadero hombre.
Cada período de catorce generaciones nos presenta una etapa de la historia de la salvación, en medio de la cual, Dios fue realizando esta salvación. Dios se inserta en nuestra historia de manera total, se hace hombre, se encarna para tomar parte de las realidades humanas (menos del pecado) y desde ahí proponer un estilo de vida. Jesús no es un concepto sino el amor de Dios hecho carne. Dios está en nuestra historia personal y quiere participar en ella.
El problema es que algunos no le permitimos actuar con libertad y por ello, nuestra vida se complica. Dios no es una idea, es una persona encarnada, por ello el cristianismo no es una filosofía sino un estilo de vida. Vivámoslo esta Navidad y siempre.
Antífona de la Comunión
Vendrá el deseado de todos los pueblos y se llenará de gloria la casa del Señor.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la Comunión
Dios todopoderoso, que nos has alimentado con el don divino, te pedimos que, inflamados por el fuego de tu Espíritu, resplandezcamos delante de Cristo que se acerca, como luminarias de su gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, hoy me levanto de mi trono para darte el lugar más importante en mi vida, quiero que tú seas mi tesoro en donde yo deposite mi corazón.
Acción
Revisaré en qué puntos de la ley no obedezco al Señor, y en oración pediré la asistencia del Espíritu Santo para poder crecer en esa área.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).