Tiempo Litúrgico: Adviento. Semana IV.
Color del día: Morado.
Memoria libre: Santa Paola Elisabetta Cerioli, fundadora.
Oración colecta
Apresúrate, Señor Jesús, y no tardes, para que tu venida consuele y fortalezca a los que esperan todo de tu amor. Tú, que vives y reinas con el Padre.
PRIMERA LECTURA
El reino de David se mantendrá
siempre firme ante el Señor
Lectura del segundo libro de Samuel
7, 1-5. 8b-12. 14a. 16
Cuando el rey David se asentó en su casa y el Señor le hubo dado reposo de todos sus enemigos de alrededor, dijo al profeta Natán: «Mira, yo habito en una casa de cedro, mientras el Arca de Dios habita en una tienda».
Natán dijo al rey: «Ve y haz lo que desea tu corazón, pues el Señor está contigo».
Aquella noche vino esta palabra del Señor a Natán: «Ve y habla a mi siervo David: «Así dice el Señor: ¿Tú me vas a construir una casa para morada mía?
Yo te tomé del pastizal, de andar tras el rebaño, para que fueras jefe de mi pueblo Israel. He estado a tu lado por donde quiera que has ido, he suprimido a todos tus enemigos ante ti y te he hecho tan famoso como los grandes de la tierra.
Dispondré un lugar para mi pueblo Israel, y lo plantaré para que resida en él sin que lo inquieten, ni le hagan más daño los malvados, como antaño, cuando nombraba jueces sobre mi pueblo Israel. A ti te he dado reposo de todos tus enemigos. Pues bien, el Señor te anuncia que te va a edificar una casa.
En efecto, cuando se cumplan tus días y reposes con tus padres, yo suscitaré descendencia tuya después de ti. Al que salga de tus entrañas le afirmaré su reino. Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo.
Tu casa y tu reino se mantendrán siempre firmes ante mí, tu trono durará para siempre»».
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
En la víspera de Navidad, caminaban juntos María y José en su viaje hacia Belén, en donde José debía empadronarse. Hoy, la Noche Buena, es día de la familia.
La situación de María no era la mejor para hacer un viaje tan largo y pesado desde el norte de Palestina, pero ella había comprendido lo importante que es la familia y aquellas palabras de la escritura: “A donde tú vayas yo iré, donde tú estés yo estaré; tu pueblo será mi pueblo y tu Dios será mi Dios”.
El lugar en donde tuvieron que pasar la noche y donde Jesús viene al mundo, no fue para nada el que José hubiera querido ni para su esposa ni para Jesús, sin embargo, lo importante es que estaban juntos y se amaban.
Que nuestra celebración de esta noche, tenga estas mismas características, al margen de lo que cenaremos o de los regalos que compartiremos. Lo fundamental es que estaremos en familia, que nos diremos cuánto nos amamos y que juntos continuaremos construyendo la felicidad de nuestra familia. Nochebuena, noche para valorar y fortalecer el amor de nuestra familia.
Salmo responsorial
Sal 88, 2-3. 4-5. 27 y 29
R. Cantaré eternamente
tus misericordias, Señor.
- Cantaré eternamente las misericordias del Señor, anunciaré tu fidelidad por todas las edades. Porque dijiste: «La misericordia es un edificio eterno», más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.
- «Sellé una alianza con mi elegido, jurando a David, mi siervo: Te fundaré un linaje perpetuo, edificaré tu trono para todas las edades». R.
- «Él me invocará: “Tú eres mi padre, mi Dios, mi Roca salvadora”; Le mantendré eternamente mi favor, y mí alianza con él será estable». R.
Aclamación antes del Evangelio
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Sol que naces de lo alto, resplandor de la luz eterna, sol de justicia, ven ahora a iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. R.
EVANGELIO
Nos visitará el Sol que nace de lo alto
Lectura del santo Evangelio
según san Lucas 1,67-79
En aquel tiempo, Zacarías, padre de Juan, se llenó del Espíritu Santo y profetizó diciendo: «“Bendito sea el Señor, Dios de Israel”, porque ha visitado y “redimido a su pueblo”, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas.
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la “misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza” y “el juramento que juró a nuestro padre Abrahán” para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante “del Señor a preparar sus caminos”, anunciando a su pueblo la salvación por el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Dios nos dice hoy en la Escritura, por boca de Zacarías, que ha visitado y redimido a su pueblo. De nuevo este cántico nos invita a reflexionar en lo importante que es la conciencia histórica de la salvación. Pensemos por unos momentos que el mismo Dios ha visitado nuestra tierra, nuestra vida, nuestras propias casas.
La Navidad no es simplemente una fiesta sino un acontecimiento salvífico de Dios, que tiene que ser parte de nuestra propia historia. Dios nos visita, para darnos el verdadero sentido de la vida, del amor, del trabajo; para sacarnos de las tinieblas del pecado, del consumismo, de nuestro propio egoísmo que nos cierra y que nos impide darnos cuenta de lo importante que es Aquél que también camina conmigo.
La Navidad es la celebración de la luz que hoy hay en nuestros corazones, y que hace que la vida sea totalmente distinta. Dentro de lo agitado que pueda ser este día, démonos unos momentos para hacer conciencia en nosotros, este paso de Dios en nuestra vida, busquemos en nuestro corazón esta luz, démonos cuenta que Dios verdaderamente, a lo largo de nuestra vida, ha hecho historia en nosotros y en nuestra familia.
Antífona de la Comunión
Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la Comunión
Recreados por tu admirable don, Señor, concédenos prepararnos para adorar a tu Hijo en su nacimiento, de manera que recibamos con gozo sus bienes eternos. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, yo sé bien que no soy digno de que vengas a mi casa, y de que no sería nunca capaz de ofrecerte algo honorable para que tú vivieras, pero por tu amor te ofrezco mi corazón y mi vida entera para que vivas en mí.
Con todo mi ser te pido, Señor, ven y nace cada día en mi interior, que sea yo un pequeño portal desde donde el Salvador se revele a los que más lo necesitan.
Acción
Hoy en la cena de Navidad hablaré con Jesús y de Jesús.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).