Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana I.
Color del día: Verde.
Memoria libre: Santa Margarita de Hungría.
Antífona de entrada
En un trono excelso vi sentado a un hombre, a quien adora muchedumbre de ángeles, que canta a una sola voz: «Su imperio es eterno».
Oración colecta
Te pedimos, Señor, que atiendas con tu bondad los deseos del pueblo que te suplica, para que vea lo que tiene que hacer y reciba la fuerza necesaria para cumplirlo. Por nuestro Señor Jesucristo.
PRIMERA LECTURA
Comparezcamos confiados
ante el trono de la gracia
Lectura de la carta
a los Hebreos 4, 12-16
Hermanos:
La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón.
Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas.
Así pues, ya que tenemos un sumo sacerdote grande que ha atravesado el cielo, Jesús, Hijo de Dios, mantengamos firme la confesión de fe.
No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo, como nosotros, menos en el pecado.
Por eso, comparezcamos confiados ante el trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia para un auxilio oportuno.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 18. 8. 9. 10. 15
R/. Tus palabras, Señor,
son espíritu y vida
- La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye a los ignorantes. R/.
- Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R/.
- El temor del Señor es puro y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R/.
- Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, Roca mía, Redentor mío. R/.
Aclamación antes del Evangelio
Lc 4, 18
R/ Aleluya, aleluya.
El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad. R/
El Señor me ha enviado a evangelizar a los pobres, a proclamar a los cautivos la libertad. R/
EVANGELIO
No he venido a llamar a los justos,
sino a pecadores
Lectura del santo evangelio
según san Marcos 2, 13-17
En aquel tiempo, Jesús salió de nuevo a la orilla del mar; toda la gente acudía a él y les enseñaba.
Al pasar vio a Leví, el de Alfeo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dice: «Sígueme».
Se levantó y lo siguió.
Sucedió que, mientras estaba él sentado a la mesa en casa de Leví, muchos publicanos y pecadores se sentaban con Jesús y sus discípulos, pues eran muchos los que lo seguían.
Los escribas de los fariseos, al ver que comía con pecadores y publicanos, decían a sus discípulos:
«¿Por qué come con publicanos y pecadores?»
Jesús lo oyó y les dijo: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a justos, sino a pecadores».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
La predicación de Jesús está en armonía con su vida de cada día. Anunciar el evangelio es tan cotidiano, sencillo y trascendente como caminar por las orillas del lado de Galilea, y la proclamación del evangelio es algo tan sencillo y fascinante como hablarle a la gente.
Pero su hablar es un hablar de los misterios del reino, de la paternidad de Dios, de su amor sin límites, de su misericordia sin igual. Y la predicación de Jesús se encamina a la creación de una comunidad en torno suyo. Jesús es el centro de la vida de la iglesia, así como el Padre es el centro de la vida de Jesús y a esa comunidad de amor eterno somos invitados los que seguimos a Jesús.
Seguir a Jesús significa dejar atrás todo aquello que nos ata al mundo, para comenzar una vida de atadura a Dios. Jesús no me llama e invita por mi vida virtuosa, sino porque sabe que sin él mi vida no tiene sentido.
Antífona de comunión
Señor, en ti está la fuente viva y tu luz nos hace ver la luz.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Te suplicamos, Dios todopoderoso, que concedas, a quienes alimentas con tus sacramentos, la gracia de poder servirte llevando una vida según tu voluntad. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fuentes:
Frailes Dominicos de Oviedo, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).