Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana VI.
Color del día: Verde.
Memoria libre: San Simeón, obispo y mártir.
Antífona de entrada
Cf. Sal 30, 3-4
Sé la roca de mi refugio, oh, Dios, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y aliméntame
Oración colecta
Oh, Dios, que prometiste permanecer en los rectos y sencillos de corazón, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo .
PRIMERA LECTURA
Voy a borrar de la superficie de la
tierra al hombre que he hecho.
Lectura del libro
del Génesis 6, 5-8; 7, 1-5. 10
Al ver el Señor que la maldad del hombre crecía sobre la tierra y que todos los pensamientos de su corazón tienden siempre y únicamente al mal, el Señor se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra, y le pesó de corazón.
Dijo, pues, el Señor: «Voy a borrar de la superficie de la tierra al hombre que he hecho. junto con los cuadrúpedos, reptiles y aves, pues me pesa de haberlos hecho».
Pero Noé obtuvo el favor del Señor.
El Señor dijo a Noé: «Entra en el arca con toda tu familia, pues tú eres el único justo que he encontrado en tu generación. De cada animal puro toma siete parejas, macho y hembra; de los no puros, una pareja, macho y hembra; y lo mismo de los pájaros, siete parejas, macho y hembra, para que conserven la especie en la tierra.
Dentro de siete días haré llover sobre la tierra cuarenta días con sus noches, y borraré de la superficie del suelo a todos los vivientes que he hecho».
Noé hizo todo lo que le mandó el Señor.
Pasados siete días, las aguas del diluvio cubrieron la tierra.
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Se inicia aquí el relato del Diluvio y de la familia de Noé. Recordando que todos estos pasajes pertenecen a la prehistoria de la Biblia, encontramos que el Autor Sagrado ha querido ilustrarnos con este evento cómo la misericordia de Dios es infinita, y aunque el hombre es rebelde a la voluntad de Dios, siempre hay hombres buenos y fieles a través de los cuales Dios salva a la humanidad.
Noé, Moisés, los Macabeos son el tipo de hombres que siempre están dispuestos a vivir de acuerdo con la Ley de Dios, que saben permanecerle fieles en todo momento. Nuestros tiempos no son muy distintos a los que vivieron estos hombres, en donde a la mano nos encontramos con la perversidad y la infidelidad del hombre.
Es por ello que resulta importante nuestro texto para revisar nuestra vida y ver si somos nosotros parte de este "resto fiel", de estos hombres y mujeres que, en medio del mundo que nos invita e incluso, nos empuja al pecado, sabemos permanecer fieles. Esto es vital, pues como vemos, es a través de ellos que Dios continúa ejerciendo su acción salvífica en el mundo.
Salmo responsorial
Sal 28, 1a y 2. 3ac-4. 3b y 9c-10
R. El Señor bendice a su pueblo con la paz.
- Hijos de Dios, aclamad al Señor, aclamad la gloria del nombre del Señor, postraos ante el Señor en el atrio sagrado. R.
- La voz del Señor sobre las aguas, el Señor sobre las aguas torrenciales. La voz del Señor es potente, la voz del Señor es magnífica. R.
- El Dios de la gloria ha tronado. En su templo un grito unánime: “¡Gloria!” El Señor se sienta sobre las aguas del diluvio, el Señor se sienta como rey eterno. R.
Aclamación antes del Evangelio
Cf. Jn 14, 23
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
El que me ama guardará mi palabra – dice el Señor -, y mi Pare lo amará, y vendremos a él. R.
EVANGELIO
Evitad la levadura de los
fariseos y de Herodes.
Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 8, 14-21
En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan y no tenían más que un pan en la barca.
Y Jesús les ordenaba diciendo: «Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes». Y discutían entre ellos sobre el hecho de que o tenían panes.
Dándose cuenta, les dijo Jesús: «¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis en corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?».
Ellos contestaron: «Doce».
«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?».
Le respondieron: «Siete».
Él les dijo: «¿Y no acabáis de comprender?».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
Al parecer muchas veces nosotros tampoco hemos entendido que lo importante no está en la superficie. Jesús piensa en las dificultades que sus discípulos podían tener en el trato con aquellos que no entienden el mensaje del Evangelio y, por el contrario, van buscando obstaculizarlo, mientras los discípulos están preocupados por un poco de pan.
Es necesario que aprendamos a ver y apreciar lo que en realidad es importante. Esto es aplicable a todas nuestras situaciones de la vida y es, de hecho, la causa de muchos de nuestros problemas, el no saber distinguir en nuestra vida profesional, familiar, social, política o religiosa lo que es verdaderamente importante.
La causa de este desorden es la falta de luz en nuestro corazón, que nos hace ver las cosas de una manera muchas veces equivocada y darle peso a lo que no lo tiene y viceversa.
Nuestra oración cotidiana es la fuente para que la luz de Dios ilumine siempre nuestro corazón y sepamos valorar rectamente todos los aspectos de nuestra vida. En ello está gran parte de nuestra felicidad y de la de los demás. No dejes tu oración, y el Espíritu conducirá tu vida y te hará reconocer lo que es verdaderamente importante y esencial en tu vida y lo que es superfluo e intrascendente.
Antífona de comunión
Cf. Sal 77, 29-30
Comieron y se hartaron, así el Señor satisfizo su avidez; no los defraudó según su deseo.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Alimentados con las delicias del cielo, te pedimos, Señor, que procuremos siempre aquello que nos asegura la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestra Señor.
Oración
Señor, estoy convencido de que tú siempre eres justo y que el deseo de tu corazón es nuestro bien. Por eso, Dios mío, me ofrezco para hacer tu voluntad y obedecerte en todo, incluso en aquellas cosas que mi mente no alcance a entender; sólo te pido que me nutras con tu gracia para sobreponerme a la tendencia de ser rebelde.
Acción
Hoy veré qué me está pidiendo el Señor desde hace un buen tiempo, le diré que sí a su voluntad y me dispondré a actuar de inmediato.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).