Lecturas de la Misa del día y sus reflexiones. Jueves, 20 de febrero de 2025.


Tiempo Litúrgico: Ordinario. Semana VI.
   Color del día: Verde.  

Memoria libre:

Antífona de entrada
Cf. Sal 30, 3-4

Sé la roca de mi refugio, oh, Dios, un baluarte donde me salve, tú que eres mi roca y mi baluarte; por tu nombre dirígeme y aliméntame

Oración colecta

Oh, Dios, que prometiste permanecer en los rectos y sencillos de corazón, concédenos, por tu gracia, vivir de tal manera que te dignes habitar en nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo.

PRIMERA LECTURA
Pondré mi arco en el cielo, como
señal de mi alianza con la tierra.

Lectura del libro
del Génesis 9, 1-13

Dios bendijo a Noé y a sus hijos, diciéndoles: «Sed fecundos, multiplicaos y llenad la tierra. Todos los animales de la tierra y todas las aves del cielo os temerán y respetarán; todos los reptiles del suelo y todos los peces del mar, están a vuestra disposición. Todo lo que vive y se mueve os servirá de alimento; os lo entrego, lo mismo que los vegetales.

Pero no comáis carne con sangre, que es su vida. Pediré cuentas de vuestra sangre, que es vuestra vida, se las pediré a cualquier animal. Y al hombre le pediré cuentas de la vida de su hermano.

Quien derrame la sangre de un hombre, por otro hombre será su sangre derramada; porque a imagen de Dios hizo él al hombre.

Vosotros sed fecundos y multiplicaos, moveos por la tierra y dominadla».

Dios dijo a Noé y a sus hijos: «Yo establezco mi alianza con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañan, aves, ganados y fieras, con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Establezco, pues, mi alianza con vosotros: el diluvio no volverá a destruir criatura alguna ni habrá otro diluvio que devaste la tierra».

Y Dios añadió: «Esta es la señal de la alianza que establezco con vosotros y con todo lo que vive con vosotros, para todas las generaciones: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra».

Palabra de Dios.

Reflexión sobre la Primera Lectura

El final de la historia del diluvio termina con una recapitulación de la creación del hombre en donde Dios le vuelve a entregar todas las cosas creadas y lo invita a someterlas y mantener el orden en la tierra, evitando el mal y procurando el bien. Como signo de esta historia de destrucción, de la consecuencia del pecado, establece una Alianza que se hace viable con el arco iris.

En la concepción del AT este arco estaría deteniendo las aguas de arriba para evitar que vuelvan a destruir la tierra y por otro lado es el signo del “arco” que en general sirve para la guerra que ahora habla de la paz y la alegría que Dios ofrece a su pueblo.

De esta manera el hombre podría recordar en cada lluvia, al salir el sol, que el pecado es la causa de la destrucción, y mantenerse siempre alerta y lejos de éste para evitar que la muerte vuelva a terminar con la creación. Le recordará que la sangre derramada, como la de Abel, siempre clama al cielo, y que la muerte sólo engendra muerte.

Es triste que, a pesar de todas las señales que Dios nos ha dado, de todas las alianzas que ha hecho con nosotros "hasta la realizada con la Sangre de su Hijo" continúen siendo ignoradas y que sigamos siendo, como lo dicen las florecillas de san Francisco “el hombre, el lobo del hombre”; que nuestro afán de poder y la soberbia continúen haciendo presa al hombre que no cesa de destruirse a sí mismo, tomando la sangre de sus propios hermanos.

Seamos nosotros la generación que renueve la alianza con el Señor y busquemos con todas nuestras fuerzas que esta cadena de destrucción, de la que muchas veces nosotros mismos somos un eslabón, termine y volvamos a respetar la Alianza de amor de Dios con nosotros.

Salmo responsorial
Sal 101, 16-18. 19-21. 29 y 22-23

R. El Señor desde el cielo
se ha fijado en la tierra.
  • Los gentiles temerán tu nombre, los reyes del mundo, tu gloria. Cuando el Señor reconstruya Sión, y aparezca en su gloria, y se vuelva a las súplicas de los indefensos, y no desprecie sus peticiones. R.
  • Quede esto escrito para la generación futura, y el pueblo que será creado alabará al Señor. Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario, desde el cielo se ha fijado en la tierra, para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte. R.
  • Los hijos de tus siervos vivirán seguros, su linaje durará en tu presencia. Para anunciar en Sión el nombre del Señor, y su alabanza en Jerusalén, cuando se reúnan unánimes los pueblos y los reyes para dar culto al Señor. R.

Aclamación antes del Evangelio
Cf, Jn 6, 63c. 68c

R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Tus palabras, Señor, son espíritu y vida; tú tienes palabras de vida eterna. R.

EVANGELIO
Tú eres el Mesías. El Hijo del hombre
tiene que padecer mucho.

Lectura del santo Evangelio
según san Marcos 8, 27-33

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos se dirigieron a las aldeas de Cesarea de Filipo; por el camino, preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que soy yo?».

Ellos le contestaron: «Unos, Juan el Bautista; otros, Ellas; y otros, uno de los profetas».

Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy?».

Tomando la palabra Pedro le dijo: «Tú eres el Mesías».

Y les conminó a que no hablaran a nadie acerca de esto.

Y empezó a instruirlos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser reprobado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días».

Se lo explicaba con toda claridad. Entonces Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo. Pero él se volvió y, mirando a los discípulos, increpó a Pedro: «¡Ponte detrás de mí, Satanás! ¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!».

Palabra del Señor.

Reflexión sobre el Evangelio

Este pasaje nos muestra nuestra pobre naturaleza humana que no quiere sufrir bajo ninguna circunstancia. Pedro, que ama entrañablemente a Jesús, busca convencerlo para que no tome el camino de la cruz.

Sin embargo, Jesús lo invita a seguirlo (las palabras en griego "hipage hopíso" significan "caminar detrás", más que obstaculizar como ordinariamente se traduce) y a no ser de los que ponen obstáculos en el camino de la evangelización (que es la obra de Satanás, como ya lo hemos venido viendo).

Ciertamente, como la misma Escritura lo dice: "nuestros caminos no son los caminos del Señor". Nosotros juzgamos muchas veces bajo apariencias falsas: el Espíritu lo sabe todo y lo penetra todo.

Si no queremos ser de los que obstaculizan el camino de la evangelización, debemos tener un contacto muy estrecho con el Espíritu Santo, a fin de juzgar con los criterios de Dios para no engañarnos con nuestros propios criterios. El camino de la Resurrección y la gloria pasa inexorablemente por la cruz de Jesús. Y tú, ¿eres de los que buscan siempre el camino cómodo o de los que se acomodan, como María, a los planes de Dios?

Antífona de comunión
Cf. Sal 77, 29-30

Comieron y se hartaron, así el Señor satisfizo su avidez; no los defraudó según su deseo.

Comunión espiritual

Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.

Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.

Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén

Oración después de la comunión

Alimentados con las delicias del cielo, te pedimos, Señor, que procuremos siempre aquello que nos asegura la vida verdadera. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Oración

Señor, ¿acaso será necesario que vuelvas a lavar la tierra con un diluvio, para que dejemos de destruirla y destruirnos a nosotros mismos y entre nosotros? Gracias te doy hoy porque tu Alianza de amor permanece; ayúdanos a cumplir nuestra parte, ya que sin ti nada podemos.

Acción

Te ofrezco, Señor mi Dios, todo el día de hoy, mi trabajo, mis estudios, mis quehaceres; todo lo haré en oración, con humildad, para que escuches nuestro clamor por la paz en el mundo entero, empezando por nuestras comunidades.

Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).