Tiempo Litúrgico: Pascua. Semana VI - Feria.
Color del día: Blanco.
Memoria libre: San Germán de París, obispo.
Antífona de entrada
Sal 17, 50; 21, 23
Te alabaré, Señor, ante las naciones y anunciaré tu nombre a mis hermanos. Aleluya.
Oración colecta
Concédenos, Señor, que así como celebramos solemnemente el misterio de la resurrección de tu Hijo, merezcamos también gozar con todos los santos cuando vuelva en su gloria. Él, que vive y reina contigo.
PRIMERA LECTURA
Eso que veneráis sin conocerlo
os lo anuncio yo
Lectura del libro de los Hechos
de los apóstoles 17, 15. 22 – 18, 1
En aquellos días, los que conducían a Pablo lo llevaron hasta Atenas, y se volvieron con el encargo de que Silas y Timoteo se reuniesen con él cuanto antes.
Pablo, de pie en medio del Areópago, dijo: «Atenienses, veo que sois en todo extremadamente religiosos. Porque, paseando y contemplando vuestros monumentos sagrados, encontré incluso un altar con esta inscripción: «Al Dios desconocido».
Pues eso que veneráis sin conocerlo, os lo anuncio yo. “El Dios que hizo el mundo y todo lo que contiene”, siendo como es Señor de cielo y tierra, no habita en templos construidos por manos humanas, ni lo sirven manos humanas, como si necesitara de alguien, él que a todos da la vida y el aliento, y todo.
De uno solo creó el género humano para que habitara la tierra entera, determinando fijamente los tiempos y las fronteras de los lugares que habían de habitar, con el fin de que lo que buscasen a él, a ver si, al menos a tientas, lo encontraban; aunque no está lejos de ninguno de nosotros, pues en él vivimos, nos movemos y existimos; así lo dicen incluso algunos de vuestros poetas: «Somos estirpe suya».
Por tanto, si somos estirpe de Dios, no debemos pensar que la divinidad se parezca a imágenes de oro o de plata o de piedra, esculpidas por la destreza y la fantasía de un hombre. Así pues, pasando por alto aquellos tiempos de ignorancia, Dios anuncia ahora en todas partes a todos los humanos que se conviertan. Porque tiene señalado un día en que juzgará el universo con justicia, por medio del hombre a quien él ha designado; y ha dado a todos la garantía de esto, resucitándolo de entre los muertos».
Al oír «resurrección de entre los muertos», unos lo tomaban a broma, otros dijeron: «De esto te oiremos hablar en otra ocasión».
Así salió Pablo de en medio de ellos. Algunos se le juntaron y creyeron, entre ellos Dionisio el areopagita, una mujer llamada Dámaris y algunos más con ellos.
Después de esto, dejó Atenas y se fue a Corinto.
Palabra de Dios.
Reflexión sobre la Primera Lectura
Los atenienses, al igual que quizás la mayoría de los hombres, eran personas muy religiosas, las cuales creían fervientemente en Dios.
Hoy en día muchos hombres van perdiendo su interés por Dios, por las cosas divinas y trascendentes. El materialismo que vivimos está llevando al hombre a una inmanencia tal en la que se pierde de vista lo sobrenatural, el sentido de Dios y nuestro destino final.
Por otro lado, nos encontramos, incluso dentro de nuestra misma Iglesia, hermanos que aun creyendo en Dios, viven con una imagen equivocada de Él. Pablo en el Aerópago, les anuncia la auténtica visión de Dios, del Dios amoroso que en su misericordia resucitó a su Hijo y lo constituyó Señor, para que todos los que crean en Él tengan vida y la tengan en abundancia.
No dejes que el materialismo te haga perder el sentido de lo espiritual; y si conoces a alguien que no tiene una idea clara del Dios Amor, háblale de su misericordia y de con cuánto amor le está buscando.
Salmo responsorial
Sal 148, 1-2.11-12.13.14
R. Llenos están el cielo
y la tierra de tu gloria.
- Alabad al Señor en el cielo, alabad al Señor en lo alto. Alabadlo, todos sus ángeles; alabadlo, todos sus ejércitos. R.
- Reyes del orbe y todos los pueblos, príncipes y jueces del mundo, los jóvenes y también las doncellas, los ancianos junto con los niños. R.
- Alaben el nombre del Señor, el único nombre sublime. Su majestad sobre el cielo y la tierra. R.
- Él acrece el vigor de su pueblo. Alabanza de todos sus fieles, de Israel, su pueblo escogido. R.
Aclamación antes del Evangelio
Jn 14, 16
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros. R.
EVANGELIO
El Espíritu de la verdad os guiará
hasta la verdad plena
Lectura del santo Evangelio
según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues no hablará por cuenta propia, sino que hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de lo mío y os lo anunciará. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que recibirá y tomará de lo mío y os lo anunciará».
Palabra del Señor.
Reflexión sobre el Evangelio
En un mundo pluriforme no es difícil darnos cuenta de que, cada uno de nosotros tenemos parte de la verdad. La única verdad absoluta es Dios.
Por ello, otra de las grandes obras que realiza el Espíritu en nosotros es "el guiarnos a la verdad plena", es decir, guiarnos a Dios. Esta verdad eterna, involucra todas las cosas creadas pues, como dice San Pablo: "En él somos, existimos y nos movemos".
No es por ello raro que en la medida en que dejamos que el Espíritu tome posesión de nosotros, nuestro entendimiento con los demás sea más claro; nuestra posición delante de la vida moral y religiosa se clarifica, pues la Verdad se va haciendo patente a nuestro entendimiento. Debemos estar atentos, pues nunca seremos poseedores de la verdad completa.
Toda nuestra vida será crecer en ella. La humildad y la oración hacen posible que ésta crezca y se manifieste en nosotros como sabiduría, prudencia, y amor a Dios y a nuestros hermanos. Pidamos incesantemente: Ven Espíritu Santo y muéstrame la verdad, muéstrame tu Verdad y hazme comprender que cada hombre tiene parte de esta verdad, de tu Verdad.
Antífona de comunión
Cf. Jn 15, 16.19
Yo los elegí del mundo, dice el Señor, y los destiné para que vayan y den fruto, y su fruto permanezca. Aleluya.
Comunión espiritual
Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.Te amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, ven al menos espiritualmente a mi corazón.Y como si ya te hubiese recibido, me abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén
Oración después de la comunión
Señor, muéstrate benigno con tu pueblo, y ya que te dignaste alimentarlo con los misterios celestiales, hazlo pasar de su antigua condición de pecado a una vida nueva. Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración
Señor, no permitas que mi hambre de poseer y tener me descontrole y me haga perder de vista lo que es verdaderamente importante, es decir, tú, mi familia, lo que genero en este mundo. Que todos mis bienes estén orientados a servirte y a dar a mis hermanos, pues sé que tú mismo bendices eso y me darás en abundancia.
Acción
Como signo de entrega y confianza absoluta en la Providencia de Dios, en este día me despojaré de algo que tenga y use, y se lo daré a alguien que lo necesite.
Fuentes:
Archidiócesis de Madrid, Evangelización Activa, Id y Enseñad, La Misa de Cada Día (CECOR), ACI Prensa.
Verificado:
Ordo Temporis, Ciclo C, 2024-2025, Conferencia Episcopal de Costa Rica (CECOR).
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